PERSEA FORKS - Después de un profundo sueño

74 10 0
                                    

MI HISTORIA XVII

Poco a poco me venían trailers de lo que había pasado y verlo de esta forma me hacía pensar que tal vez todo era un sueño y que ahora despertaba en casa, creí por un momento que todo realmente era un sueño, porque todo para mi era irreal.

Pero a medida que mis sentidos se iban activando, me iba dando cuenta lo que realmente estaba sucediendo, lo primero que pude poner en práctica con mucho esfuerzo fue el oído, aún aturdida por el golpe de emociones y caer inconsciente, termine oyendo poco de lo que había a mi alrededor.

¿Realmente debo volver a tomarme esa asquerosa medicina? —un chico se quejaba por sus medicamentos.

— no seas grosero y toma tus medicamentos —otra persona lo retaba y le obligaba a tomar el medicamento, su voz era la de una chica.

Fueron las primeras voces que pude entender con mucha fluidez, después acate las más cercanas— ¿cómo va la paciente 200? —era una chica, pero su voz era muy demandante.

hasta ahora no ha presentado signos de levantarse —y otra chica rendía el informe— por eso no he podido saber más nada de ella, solo sé que es una chica que vino de la ciudad —

Oí un bufido, creo que la mandona no estaba de humor— estos chicos son tan problemáticos hoy en día —

— cuando despierte me encargaré de darte el informe Mandy —

— que así sea —oí los pasos de alguien alejarse, creo que era Mandy la que se había ido, gracias a eso pude persuadir que el piso era de madera hueca.

Entonces lo segundo que pude obtener fue mi razonamiento completo, analice los sonidos, las palabras y comentarios, lo tercero fue el olfato, podía oler medicamentos, té, inclusive sangre.

Por los comentarios que señalan medicamentos, por la información que necesitan del paciente 200 y a juzgar por el olor, podía deducir que estaba en una especie de sala de hospital, aunque raramente no se sentía así, el tacto fue lo cuarto que pude asimilar, la cama era muy dura para ser de una cama, las sábanas parecían dar picazón, me removí incómoda, además no había calefacción, hacía mucho frío.

Fruncí mi ceño, al menos mis estímulos seguían siendo buenos.

Entonces sentí una presencia a mi lado. Pare de moverme.

Lo quinto que termine por sacar a flote fue la vista, parpadee unas dos veces mirando a mis pies, tratando de acostumbrarme, moví entonces mis pies, aún podían asimilar mis órdenes, agradecí eso, pero a medida que subía mi mirada inspeccionando mi cuerpo, moviendo mis manos y tocando si había alguna herida, la mirada de alguien estaba expectante en mí.

Parpadeé una vez más y fruncí aún más mi ceño, mirando finalmente a la persona a mi lado.

La sonrisa de la chica de cabello rubio y chaqueta jean me perturbaba, me aleje por impulso, terminando pegada a la esquina de la cama— has despertado, bien —parpadeo muchas veces y tomo apuntes en su libreta— ¿te duele algo? —desvíe mi mirada, ¿se supone que debía responder?

Bufe y me arregle en la cama sacudiendo mi chaqueta... la chaqueta de... Jasper, aún la tenía, entonces recordé.

— hey, espera —

Recuerdo haberme desmayado a la entrada del campamento, justo frente a Jasper.

¿Dónde estaba Jasper?

— oye, necesito entregar el reporte —volví mi mirada a la chica que llamaba mi atención, alce una ceja, ella parecía amable, estaba a mi lado de la cama con una libreta en mano y con una sonrisa— ¿cómo te sientes? —

Yo permanecía sentada en la cama, lo que me provocaba dolor de espalda.

Debía encontrar a Jasper, no pensé que habrían tantas personas aquí, porque de por sí, el lugar estaba totalmente infestado de jóvenes que atendían heridas de otros y muchos otros con heridas— ¿donde estoy? —

¿Acaso venían de una guerra? Porque sus heridas eran tan terribles, tenían cascos, otros llevaban lanza, algunos espadas y muchos otros una coraza en el pecho y espalda.

— estás en el campamento mestizo, para semidioses —la chica amablemente me contestó, aún cuando no le había respondido su pregunta.

Asentí y ahora lo menos que podía hacer era responderle su informe, por ahora haría eso, después podría pedirle ayuda con encontrar la cabaña de Artemisa para poder hospedarme, como la diosa tanto quería.

— solo estoy un poco mareada y desorientada, pero nada que no se pueda quitar —masculle hacia ella, esperaba que no me hubiera escuchado, pero parecía apuntar algo en su tabla.

Toqué mi cabeza, comenzó a doler, creo que necesitaría algo de agua— ¿cuántas horas dormí? —cuestione con la mano en la cabeza, sentada sobre la cama.

Pensé que me respondería de inmediato, pero pareció callarlo, fruncí mi ceño y lo dirigí a ella, pero mantuvo su tabla en manos y rasco su nuca nerviosa.

¿Acaso había pasado algo?

— bueno, tal vez unas cuarenta y ocho horas —dijo nerviosa retrocediendo.

¿Cuarenta..? ¡¿CUARENTA Y OCHO HORAS?!

Abrí mis ojos perpleja y quité la sábana sobre mí— ¿estuve dos días durmiendo? —masculle con odio— no puede ser posible, debo hacer muchas cosas —y cuando intente levantarme me fue en vano en cuanto sentí como mi mirada se encontraba tan desprendida de la realidad que todo me empezó a dar vuelta, caí sentada en la cama.

— no te levantes así —y la chica apareció a mi rescate— aún tu cuerpo se acostumbra a la realidad —fruncí mi ceño mientras despejaba sus manos de mí— te traeré agua, eso ayuda mucho —y entonces se fue de mi vista.

Rayos. la cabeza me dolía mucho.

Realmente era mala idea no tomar agua durante dos días, era tan terrible.

Pero estar aquí solo me hacía pensar que mi mundo realmente había cambiado, hace tan solo días que mamá murió, Artemisa llegó, salí de Forks, llegué a Nueva York y conocí a Jasper, ¿Cómo pudo pasar todo tan de prisa?

— no seas llorón Percy —las voces que más atendí fue la de un tipo que entraba en el hospital, dejé de tomar mi cabeza y concentrarme en él.

Era un chico normal, realmente normal, con un suéter de cuero, con una correa para sostener la espada en su espalda, pero cuando mirabas abajo podías ver al mismo tipo con patas peludas. Entre cerré aún más mis ojos y traté de enfocar mi mirada, porque realmente había algo que no me cuadraba en él.

— ¿Solo unos cuantos rasguños? ¿Es enserio Grover? —y entonces entendí... Sus patas eran de animal, su pelaje en la parte baja era de animal, pero su cuerpo arriba era de humano.

Él era como uno de los minotauros, pero no del todo.

Mi respiración se estaba entrecortado a medida que veía al chico acercarse estaba por volverme loca, pero la falta de lógica la última vez no me hizo reconocer al minotauro del que hablo Jasper, así que baje la cabeza y cerré mis ojos tratando de recordar algo de un hombre mitad animal, mitad humano.

Un hombre mitad animal, mitad humano... un... un sátiro...

Según los griegos así se les reconocen a uno de los tipos de ninfas del bosque, sátiros, mitad cabra, mitad humano.

— SÁTIRO —exclame con emoción.

PERSEA FORKS © - La Gracia de ArtemisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora