MI HISTORIA LXII
La arena era oscura y dura, fría y rústica, la vegetación había perecido y casi el aire siquiera se podía sentir aquí. Si miras la isla condenada a diferencia de la misma Creta, te darías cuenta de la enorme diferencia, era deplorable.
Casi pude sentir el escalofrío recorre mi piel apenas bajamos del bote, Ezio lo había destinado estancado en la arena, frente a una gran vastedad de arena que nos ayudaría a subir para adentrarnos en la isla, ni había un ser viviente a la vista y tampoco había animales, dudaba que alguno sobreviviera, aún así todo esto no contaminó el agua cristalina y turquesa que se acumulaba en su alrededor, era un alivio que no hubiera toca el agua o sino sería otro problema al que tendríamos que afrontar.
— aún no puedo comprender como está isla quedó en total devastación, cuando tenía cinco años era muy hermosa —relato Ezio con su ceño fruncido caminando por la arena— no parece la misma que conocí antes —y si hubiera conocido está isla antes, seguramente tampoco reconocería que era la misma.
Pero más allá del aspecto, el aire pesado y no corriente del lugar me provocaba una mala racha de energía negativa, mis bellos de las manos se me erizaban y parecía que mi sentido especial estaba al tanto de la situación, podrías mirar a todos lados y de cualquier lugar percibías que algo podía salir. No estaba preparada para otra batalla, sentía que la isla absorbía mi energía, pero más que nada no estaba preparada para que Ezio estuviera aquí sin protección, temía no poder protegerlo, realmente no sabía lo que estaba sucediendo y ese pensamiento me inquieto, acudí a Nico y nos apartamos un momento de Ezio, sabía que tenía un semblante de preocupación, pero Nico siempre era directo con las cosas que decía.
— te diste cuenta que no puedes —
Hice un amagó con mis labios y suspire— si tan solo supiera lo que realmente sucede, al menos estaría tranquila sabiendo que sabe la verdad de todo esto —
Pero Nico parándose frente a mí me cuestiono con su ceño fruncido— ¿Qué te hace creer que no lo sabes? —
Recordé al minotauro sí, pero no estaba convencida— de igual forma me gustaría que supiera la verdad por mi boca que por otra cosa —
— ¿Qué planeas decirle exactamente? —me recordaba a los ensayos en la escuela que decís de forma oral, Nico Di Angelo era mi profesor de Español y yo era la alumna.
Resople— bueno, que somos semidioses en una misión, que estamos buscando a Alethea porque debemos protegerla, que estamos en este lugar para un encuentro con algún malvado minotauro o cíclope gigante que sea el líder de esta secta y que debemos detenerlos para evitar una guerra más adelante en la que el mundo se vea afectado —resumi y mire sus ojos, Nico me miraba con una ceja alzada como si no pudiera creer lo que estuviera diciendo y me inquiete— ¿Qué pasa? —
—no te atreverías —resumió ablandando su rostro— no se te dan esas cosas —
— no lo sabes —
— llevamos dos días juntos, es suficiente para saber a lo que te atreverías y a lo que no, es un niño de doce años —explicó él con serenidad y juicio— tú tienes debilidad por las personas débiles, no te atreverías siquiera a decirle que es un hijo de Atenea y que nosotros somos semidioses que venimos de un campamento para semidioses dónde nos mandan cuando nuestros padres nos reclaman, pero como a él nadie lo reclamo... —
— basta —parecía que hubiera leído mi mente— entiendo tu punto —y metí mis manos en los bolsillos de mi pantalón, Nico Di Angelo tenía un muy buen punto, pero no por eso lo dejaría sin respuesta, por eso rete a Nico— entonces hazlo tú, dile la verdad, merece saberlo —Nico entreabrió sus labios y rodó sus ojos como así fuera insoportable con mis ideas.
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PERSEA FORKS © - La Gracia de Artemisa
FanfictionCuando Persea Forks vive con su madre y sin problemas, lejos de la vida ajetreada de la ciudad y demás ocupaciones, su madre Lily, le guarda secretos de su padre. Lyra mantiene la idea de que su padre nunca apareció porque decidió vivir su vida inde...