PERSEA FORKS © - La Gracia de Artemisa

PERSEA FORKS - Parte de ser un semidiós

MI HISTORIA XLII

— Piper, hermana, ¿Cuándo partiremos? —y otra persona se asomó por la puerta, era un chico, no se si decir que estaba mejor o igual de increíble que el anterior.

— a las doce, Quirón dijo que estemos treinta minutos antes —

— entendido, gracias —y se fue.

Y entonces me di cuenta, que aquí todos se decían hermana y hermano.

Y creció la duda en mí.

— ten ponte la chaqueta —era ajustada, pero cómoda y con vuelo en la parte baja.

Al menos no debía desnudarme.

Pero le pregunté a Piper en la cama, una vez que me puse la chaqueta— ¿Todos aquí son hermanos? —

Ella me miraba con un ojo abierto y el otro cerrado y me respondió— sí, somos hijos de Afrodita, fuimos reclamados —

— pero, me refiero a si son del mismo padre y... —

Entonces Miyoko se metió— ¿Si nuestros padres son los mismos? —se río.

— ¿Crees que los dioses solo andan con un solo humano? —Romeesa no demoró en meterse— vinieron al mundo y se divirtieron con humanos, producto de eso, ahora estamos nosotros —

— ningún dios se ha quedado con un solo humano, pero todos nosotros encontramos un hogar aquí y familia —respondió Iliana sentada en la cama— nunca conocí a mi padre, crecí en un orfanato, tenía ortodoncia y era fea, oculta entre tanta lata —alzó sus hombros sin importancia— pero, una noche, Afrodita me habló en sueños y me hizo mi llamado, al día siguiente era una nueva yo y huí del orfanato, para entonces había un sátiro esperándome y me dijo que tendría un nuevo hogar y no me arrepiento de ello —

— todas tenemos un pasado del que hicimos —dijo Miyoko— mi vida en la escuela estaba repleta de odio por los demás estudiantes, porque para ellos no era normal, ni siquiera era linda, era un prototipo de chica falsa y me trataban terrible —

— ¿Te hacían bullying? —pregunte.

— más que eso —sus tacones resonaron en el suelo— me tiraron pescado en el cabello, para que dejara de oler bien, me pusieron agujas en mi bolso para que mis dedos se vieran lastimados, mancharon mi uniforme con comida para que dejara de verse perfecto —

— eso es terrible —

— no siempre las niñas bonitas son las malas de la historia —terminó diciendo— me sentía como un fenómeno en esa escuela —y entonces me identifique— sin nadie que me apoyará, sin amigos, sin aliados, solo un montón de personas que me detestaban, pero al final, una mujer muy elegante me invitó a comer a la salida de la escuela, ella era majestuosa y hermosa, sus labios eran tan rojos como la pasión y usaba lentes para ocultar sus ojos dorados, aún a través de ellos podía ver sus hermosos ojos —Miyoko sonreía— ella era como el prospecto de mujer perfecta —suspiro— después de hablar horas y horas con ella, me reconoció como su hija y me dijo que desde ese día en adelante todo cambiaría y fue así —

— tal vez un plateado en el centro —y Lacy a mi lado me hizo volver al espejo y deslizó un cepillo por estómago.

— ¡uh! —esta vez Romeesa se acercó— que lo demás sea azul, el azul crea un impacto de madurez y poder en ella —dijo convencida.

— todas aquí descubrimos que éramos igual —dijo Miyoko— creamos amistades aquí en minutos, creamos familia y un hogar —

Un hogar...