MI HISTORIA LXVIII
Alethea a simple vista parecía tener sesenta años, con su cabello plateado y recogido, desordenado y mojado, sus manos eran tan arrugadas que no creía siquiera que su rostro congeniaba con sus manos, pero lo que más me llamaba la atención de ella, era su sonrisa aún cuando estuvo encerrada en este lugar por mucho tiempo. Habían cadenas que las habían aprisionado, pero Ezio logró quitarselas sin mucho trabajo, aunque me intrigaba la forma en que lo había hecho, era más la preocupación de Ezio que la de la misma Alethea, porque ella miraba a todos con una sonrisa en sus labios y tomaba el rostro de Ezio como abuela a su nieto, el amor entre ambos se sentían tan entrañable, que por momentos olvidaba que estábamos en mitad de un rescate.
— ellos son los que me ayudaron a encontrarte, Alethea, ya no tienes que tener miedo —las insensibles palabras de Ezio por Alethea solo la hacían sonreír más, cuando él se preocupaba por ella, las manos de Alethea estaban algo magulladas y fue Percy quién se acercó a ella y le pidió que extendiera sus manos.
Alethea le sonrió a Percy y por primera vez la escuche hablar— Percy Jackson, hijo de Poseidón —los ojos de Percy conectaron por un instante con Alethea, pero mis ojos fueron a dar a las corrientes de agua que subían alrededor de Alethea y se allegaba a sus manos, enfrascando por completo las heridas y desapareciendo cada una de ellas por arte de magia. Las manos de Alethea ahora estaban sanas y agradeció a Percy con una sonrisa— muchas gracias, hijo de Poseidón —
La mirada de Alethea volvió a todos y cada uno de nosotros, aunque solo me preguntaba porque todos se quedaban estancados en sus lugares y no ideamos un plan para salir, miré a Annabeth quién posiblemente sería la que tendría uno ya, pero parecía nerviosa, miré a Jasper, pero este solo bajaba su mirada, podía sentir como si estuviera sumido en un tifón, miré entonces a Nico Di Angelo y este permanecía serio en su lugar, sin mucho que agregar, Percy también permanecía intacto, pero hasta el momento no me había dado cuenta que Alethea ahora se dirigía a mí y que estaba a escasos metros entornando sus ojos en mí, eso me hizo sentir incómoda y cruzó una corriente eléctrica por mi espalda cuando se acercó más y más y yo retrocedí con su ceño fruncido— soy Lyra —abruptamente dije sin pensar siquiera si era mi nombre lo que quería de mí.
Pero entonces dibujó una sonrisa y con mirada suspicaz me miró de arriba abajo y espetó diciendo— no te ves como en mis visiones —
— ¿disculpe? —
— ¿una oráculo que recuerda sus visiones? que detalle de Apolo —Di Angelo hizo presencia cuestionando a Alethea, pero ella no pareció incomodarse por ello, más bien parecía esperarlo.
— ¿un hijo de Hades respetuoso? ya decía que un ratón te había comido la lengua —respondió Alethea sin mirarle— Apolo no es mi dador, es gracias a las diosa Mnemósine, que poseo el don de la visión futura y el recordarlo —añadió con orgullo— tus ojos aún no cambian y tus manos aún no muestras señales de guerra —sostuvo mis manos entre las suyas y las examinó— siento el poder de Poseidón fluir por tus venas, como lo sentí con tu hermano, Persea Forks —
— sabe quién soy —afirmé atónita.
— El Oráculo tiene el poder de recitar las profecías de su dador —dijo— y es capaz de ver el destino de los demás —una corriente atravesó mi espina dorsal cuando soltó mis manos— durante mis últimos cinco años, he tenido la misma visión, una y otra vez —pronunció— dos de tres —agregó como sentencia volviéndose y rodeando a todos con su mirada, de pronto sentí como un peso invisible aparecía sobre mi espalda, tal vez así se sentían los demás.
Y mi corazón dió un vuelco.
— ¿de qué habla? —masculle con esfuerzo cuando me sentía insegura de la respuesta.
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PERSEA FORKS © - La Gracia de Artemisa
FanfictionCuando Persea Forks vive con su madre y sin problemas, lejos de la vida ajetreada de la ciudad y demás ocupaciones, su madre Lily, le guarda secretos de su padre. Lyra mantiene la idea de que su padre nunca apareció porque decidió vivir su vida inde...