Cuando Persea Forks vive con su madre y sin problemas, lejos de la vida ajetreada de la ciudad y demás ocupaciones, su madre Lily, le guarda secretos de su padre.
Lyra mantiene la idea de que su padre nunca apareció porque decidió vivir su vida inde...
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MI HISTORIA LXIX
PERSONA OMNISCIENTE
En la mitología griega, Eris, o Éride, es conocida como la personificación de la discordia. Se trata de una diosa cruel que busca constantemente el conflicto. Considerada hermana de Ares (dios de la guerra), cuenta con hijos como la Pena, el Olvido, el Hambre, el Dolor y el Juramento.
Una familia maravillosa ciertamente.
Si bien es cierto que la diosa es conocida por provocar todo tipo de conflictos en la tierra, el más importante y destacado es el de la Guerra de Troya; y es que Eris, es la diosa que lanzó la famosa manzana con la que Paris debía elegir a la diosa más hermosa.
Al parecer, debido a su carácter desagradable, los dioses no eran muy partidarios de Eris. No les gustaba coincidir con ella, algo lógico y normal cuando la diosa siempre terminaba por crear conflictos. Así, Eris fue la única diosa que no fue invitada a la boda de Peleo y Tetis.
La falta de invitación no pareció frenar a esta altiva diosa, que decidió presentarse al acto. Aun así, se le negó la admisión, algo que terminó por enfadar y encolerizar a Eris. La diosa lanzó entonces la manzana de oro que debía ser entregada a la diosa más bella. El conflicto se creó cuando Hera, Atenea y Afrodita quisieron reclamarla al mismo tiempo.
— ¿Escapar? —y cuando la furia de Eris caía, no había quién la detuviera, un solo cíclope fue capaz de salir de la pelea que se produjo en las profundidades del calabozo y relató todo en audiencia de Eris y Pothos, pero Eris estaba que se ensombrecía de la furia y Pothos solo era capaz de restregar su rostro contra su mano en señal de desaprobación.
— estaban encarcelados —recordó Pothos— ¿Cómo pues estos semidioses de cuarta fueron capaces de matar a cuatro de ustedes? Inepto —enfatizó Pothos sabiendo que era él quién pagaría por ello.
Pero el cíclope se defendió al instante— hicimos todos lo que poder hacer, los demás murieron y yo moriría también, pero resistí a la niña de agua —
Pothos estaba airado cuando grito sobrevolando al cíclope— ¡Era un chico! ¡No era una niña! Y quién debía permanecer en la cueva siquiera —era como un sátiro enojado, resoplaba y tocaba el suelo con fuerza con sus pies.
