MI HISTORIA IV
El atlético, deportivo y para nada egocéntrico Luke Wayans. Pertenecía al instituto, pero hace un año se había graduado, hacía mucho que no lo veía, pero ahora, ahora estaba frente a mí, tomando un café en una tienda. Una vidriera nos separaba y también su novia Stella, pero era él.
Mordí mi labio inferior.
Fue el verano pasado en que me enamore perdidamente de él, cuando me prestó su chaqueta en la alberca de Fork's, después de que de la nada un montón de agua cayera sobre los dos, él y yo hablábamos, reíamos y recuerdo haber sentido como las mariposas revoloteaban en mí y en cuanto sonreí, FUSH, el agua cayó sobre mí.
Nunca supimos qué fue, pero lo único que me importó en ese momento fue lo que habíamos compartido.
Fue mágico.
Luke Wayans se sentó en una mesa solo, con un libro en mano y en el otro su café, se acomodaba, tenía una sonrisa, recuerdo que siempre la tenía.
Y de pronto, como arte de magia su mirada subió lentamente hasta chocar con la mía. Contuve mi respiración.
Luke me estaba mirando, Luke me estaba mirando.
¿Qué hago?
Desvié mi mirada, sentía mis mejillas arder.
No, Lyra, no seas cobarde, solo te miro, ahora tienes su atención, saludalo, tal vez te invite a una cita y luego a ser novios y luego.. fruncí mi ceño.
Creo que con un saludo estaba bien, suspire y volví mi mirada, aún me estaba viendo, me sonrió.
LUKE WAYANS ME ESTABA SONRIENDO.
Le sonreí, se me salió una risita, pare de sonreír, eso fue raro. Me saludó, mi mano hecha puño en mi costado se levantó y la abrí lentamente, no podía creerlo, él me recordaba, sonreí y agité mi mano con esmero, pero pronto pare de hacerlo en cuanto el vaso que tenía Luke estalló en su rostro.
Abrí mis ojos estupefacta, ¿qué rayos había pasado?
Luke tosió mientras tomaba una servilleta y se limpiaba la cara, el personal del cafe vino en su ayuda.
— ¿Lyra? ¿ya metiste todo? —algo desorientada miré a mi madre y asentí. Creo que Luke tuvo un mal día con eso, tomé camino al lado del copiloto del auto de mi madre y abrí la puerta entrando.
Al menos vi a Luke, ¿no?
Algo sabía y era que con Luke Wayans siempre me volvía un completo desastre, ocurrían cosas extrañas, aunque casi siempre terminamos mojados o a veces yo sentía náuseas y no podía hablar con él.
La noche estaba a punto de caer nuevamente, la tierra seguía dando su curso y no pensaba que cambiaría, tal vez después de que muriera ocurrirían cosas catastróficas, pero mientras tanto, solo quería vivir mi vida, con mi madre a mi lado y ver que cosas maravillosas podría depararme el futuro.
No lo crean, no pensaba que todo era color de rosa, pero si algo me enseño Lily era que no debía mirar el problema como tal, sino como un reto que iba a superar, todo estaba predestinado y ella decía que la gracia de los dioses recae sobre mí, algo que sinceramente nunca entendí.
Por eso decía que siempre tendría suerte en todo lo que hiciera.
Mi madre preparaba la cena mientras leía un libro, pero aunque el libro estaba frente a mí no podía dejar de pensar en Luke Wayans.
La forma en que me miro, en que cruzamos miradas, en lo que sentí en ese entonces, en cómo me sonreía.
No pude evitar ocultar mi sonrisa con el libro. Pero entonces divisé a Lily, ¿ella me podría dar consejos sobre chicos? Nunca se lo había pedido, pero si quizás le preguntaba, su respuesta sería una manera de acercarme a Wayans.
— Mamá —y me acerqué a ella, con mis manos metidas en mis bolsillos traseros y caminando a un lado de la alacena sin mirarle.
Ella estaba preparando el pollo en la sartén, pero sabía que me estaba escuchando. Me puse a un lado, con la esperanza de que me respondiera.
Trague y suspire, jamás le había hablado de un chico a mi mamá— ¿sabes..? —y realmente era difícil, pero me armé de valor— cuando te gusta un chico ¿cómo te sientes? —Qué nervios.
Mi madre solo sonrió, la vi sonreír, ocultar una sonrisa y dejar la sartén con una tapadera y apoyarse en la alacena— ¿dices que te gusta un chico? —
— digo que ¿cómo se siente que me guste un chico? —
— ¿osea que no sabes que te gusta? —sí sabía que me gustaba, pero...
— puede que sí me guste... —
— ¿Hablas del chico que estaba en la cafetería? —le miré perpleja.
¿Cómo se dio cuenta? sonrió.
— el chico... —
— creo que lo he visto antes, ¿es ese chico que trajiste el año pasado? el que te trajo a casa toda empapada —el día de la alberca, Luke me trajo a casa en su camioneta.
— sí... —Ese día mi madre invitó a Luke a cenar por agradecimiento.
Ese día también, al ver como Luke se iba, sentí como las mariposas volvían a mi estómago.
— ¿Qué sientes? —
¿Qué sentía?— mariposas —masculle— Lily... —me gustaba— ¿qué sentiste cuándo te gustó el primer chico? —mamá pensó, tomó su taza de té y pensó.
Pensó mucho, muchísimo, pero con cada segundos que pasaba, la mirada de mi madre se iba endulzando, de pronto podías ver cómo sus pupilas se agradaban— solo me gusto uno —
Fruncí mi ceño— ¿uno? —
— tu padre —el corazón se me aceleró, nunca había hablado de él, solo decía que tenía sus razones para irse y sinceramente no le guardaba rencor, ni tampoco me ponía a cuestionar que hubiera sido si él hubiera estado aquí.
Estaba bien tal y como estaba, con o sin él.
— ¿Sentiste mariposas con él? —pero no podía evitar ver como mi madre sonreía cuando lo recordaba.
— sentía un tsunami entero —confesó, sus ojos brillaban— con él siempre era una nueva ocasión, definitivamente no era igual a los demás —negaba con la cabeza con una sonrisa— con él veía el mundo de otra manera —y entonces me contó todo.
Me contó que cuando conoció a mi padre fue durante una tormenta en la noche, los primeros días que recientemente ella se había mudado a Nueva York, dijo que saliendo del Empire State ella no vio a nadie saliendo, hasta el momento en que chocó con su paraguas y cuerpo a alguien. Mucho más alto que ella, muy bien fornido y con un abrigo muy empapado, mi madre dijo que sus ojos brillaban de un azul tan intenso cuando la vio, que por un momento se hipnotizó, que él la miraba con su ceño fruncido, para luego sonreírle, mi madre se disculpó por ser despistada, pero él dijo que no habría problema. Y ella dijo— fue entonces que me enganche de él —cuando lo vio irse, después de que se despidiera con una sonrisa, ella quería seguirlo, pero era un extraño, así que dejó que se fuera.
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PERSEA FORKS © - La Gracia de Artemisa
FanficCuando Persea Forks vive con su madre y sin problemas, lejos de la vida ajetreada de la ciudad y demás ocupaciones, su madre Lily, le guarda secretos de su padre. Lyra mantiene la idea de que su padre nunca apareció porque decidió vivir su vida inde...