PERSEA FORKS - Nuevamente aquí

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MI HISTORIA XXVII

Y me hubiera gustado decir que después de haberle dicho eso a Thalia— pronto estaré contigo —la derrote sin derroche, pero me temo que no fue así.

Por en el momento en que la chica se encendió y el cielo resplandeció con ella, todo en mi de pronto se volvió temeroso, aunque me sentía indestructible, tratando de esquivar todos sus golpes y sus espadazos, creanme, pensé que si ganaría, pero fue solo en un momento alrededor de quince minutos de lucha con ella después, que tuve la osadía de atacar estando ella en su máxima expresión, ¿saben a lo que me refiero no? la chica estaba que ardía en rayos y yo como cabeza hueca me atreví a acercar la espada a ella, basta decir que recibí una descarga eléctrica que me hizo volar por los aires y finalmente acabar cayendo sobre un enorme recipiente de agua.

Solo sentía que me estaba yendo poco a poco, visualizando lo último. Como Jasper se acercaba corriendo entre las personas y como Percy y el sátiro también socorria, capte con lo poco que tenía un alma aún más oscura que la de Jasper, un alma desgarradora, que sentía que podía robar la mía, un alma de pesadilla hecha realidad, aunque se veía como el ángel de la muerte, un ángel de la muerte muy guapo a decir verdad.

También sentí como algo termina rodeando mis brazos, como una paz me envuelve en un sueño profundo del que no sabía si despertaría— buenas noches —dormí.

Y lo siguiente que pasó fue como una pequeña película de acción y drama que la compañía cinematográfica creada por mi mente y memoria en conjunto realizaron, desde la vez con mamá, desde los momentos con ellas, sus consejos, sus miradas, sus sonrisas y sus historias, las peleas y los castigos, hasta verla luchando por salvar nuestras vidas y morir por lo mismo. También a Artemisa, aunque en la película estaba un poco extraña, ella parecía un ángel que descendía del cielo y llegaba en auxilio a mamá, desapareciendo y llevandosela, para luego volver solo ella y llevarme sin rechistar frente a Jasper, sí, Jasper también estaba en mis sueños, luego de eso Jasper me llevó en su moto por una pradera de mucho viento, donde la luna era testigo de nuestro viaje y cómo de pronto un toro emergía del suelo y atacaba la moto justo cuando Jasper paro y se abalanzó sobre él como todo un héroe de ciencia ficción y después llegábamos al campamento, donde de pronto Jasper ya no estaba a mi lado sino dos chicos que desconocía, pero que a la larga me dijeron sus nombres: Percy y Grover, uno era cascarrabias (adivinen quién era) y el otro era como un dulce príncipe, aunque algo extraño en su manera de ser, luego aparecio un ogro feo y rojo que me decía: ERA LA NUEVA PRESA, con una enorme espada y luego otra que era otro ogro, de hecho eran dos ogros mujeres, ahora que lo pensaba, la segunda si me tiro un maso encima y temrine viendo negro y al final, estaban los créditos, como todo final de cualquier película.

Bueno, de hecho ese no fue el final, porqué al terminar cada sueño que tenía, siempre me encontraba en el fondo del agua, con la fauna y flora marina a mi alrededor y con millones de peces cruzando mi visión, parecía que no necesitaba mantener la respiración, tampoco necesitaba cerrar mis ojos, solo veía mi alrededor y cada espacio de este confín tan basto iluminado por la luna fuera del agua, los destellos y los rayos provocados por esta combinación era maravillosa. Sentía que era mi lugar de paz, donde nadie me podría hacer daño jamás, donde las ondas apacibles del mar me acompañaban con una hermosa melodía que por las noches mamá siempre cantaba y era el único lugar donde ahora podía escucharla.

— mamá —y mis manos parecían extrañarla, mire mis manos— ya no te siento cerca —y el dolor que provocaba su partida, era desgarrador, como aquella tromba marina que se alzaba en el mar y amenazaba con destruir todo a su paso, pero el sentimiento de dejo también causaba tristeza como aquel abismo al que pronto el trombo caería y sería absorbido por el abismo.

Un suspiro en el abismo, pero también un respiro para ser una trompa marina, tan llena de furia e impotencia, pero también oscura y vacía, como el abismo de los mares.

Cerré mis ojos— solo un respiro más —

Volví a ver negro, volví al intermedio, mis sueños se habían acabado y ahora tocaba regresar a la realidad.

¿ha dado señales de vida?

no, aún está dormida, pero respira

Creo que ahora poco a poco podía percibir los sonidos, en primera instancia, esa conversación, la voz de una chica y la de un chico.

— es la segunda vez que viene al hospital —

— si, pero una pelea con Thalia no es fácil, Grover —

Oh, era el sátiro— si bueno, debio pensarlo antes, además, ¿qué te dijo Quirón?

— no es buena idea hablar de eso aquí, menos en la condición en la que ella se encuentra —

— vamos, Annabeth, no es bueno guardarle secretos a tu sátiro —

— no lo digas así —

¿Annabeth? ¿Quién era Annabeth?

— pero —ella suspiro— dice que puede que sí lo sea, pero que aún Poseidón no ha dicho nada, no puede simplemente ser aceptaba así —

— Vamos Annabeth, la viste, viste lo que pasó —el entusiasmo de Grover creció y pronto se removía— el agua, ella, es una conexión ¿no? —

La chica suspiro— no lo sé —

Entonces me removí, cuando tuve fuerzas para hacerlo, supongo que esta gente se la pasaba hablando de dioses todo el tiempo, aún tenía tanto que aprender, aunque no sabía si querría hacerlo.

está despertando —el murmullo de la chica casi inaudible me dio a entender que era algo que no querrían seguir hablando en mi presencia.

— fantástico, Lyra, chica despierta rápido —Grover por su parte parecía emocionado y aplaudía una y otra vez, silbando y alardeando como si fueran ánimos— eso es chica, arriba ese cuerpo —

Apoyé mis manos en la cama y poco a poco fui abriendo los ojos entrecerrando mi mirada, donde los destellos y silueta de Grover se mostraban frente a mí.

De verdad estaba dandome animos, pero la chica de antes, Annabeth estaba a mi lado, dirigí mi mirada lenta hacia ella y pude verla de brazos cruzados y expectante con una pequeña sonrisa, como si lo tuviera que hacer por cortesía, volví a ver a Grover— vaya, despertaste —con sus manos en taza y una sonrisa de esfuerzo parecía orgulloso— al final mis cuidados si hicieron efecto —

Sentía la boca seca, hice una amagó con mis labios y busqué a mi alrededor, debía haber agua por aquí.

Pero al entornar mi mirada alrededor me di cuenta que estaba de nuevo en la clínica, bufé y alce mis cejas— no de nuevo —y mi voz estaba ronca, toque mi garganta, me ardía.

— oh, conozco esa cara, necesitas agua, te traeré un poco —realmente estaba dando ánimos.

¿Desde cuando este sátiro era así de amable? Pronto corrió sobre sus patas y se fue desapareciendo, no había nadie en la clínica, la vez pasada si habían personas, demasiadas.

— Annabeth, Annabeth Chase —y ella se presentaba, con su mano estirada y una sonrisa incomoda.

Suspiré, supongo que aún debía conocer personas, me arregle en la cama, con la finalidad de poner mis pies sobre el suelo, no estaba mareada, al menos, pero si necesitaba agua, estire mi mano a la chica— Lyra Forks —

Ella aceptó. Y luego, volvimos a un incómodo silencio.

Pero no por mucho cuando Grover volvió a entrar por la puerta con un bullicio tras de él— no, no, no dije que no pueden entrar a hablar con ella, está descansando —parecía calmar una multitud.

— ay no puede ser, aún están en la puerta —

PERSEA FORKS © - La Gracia de ArtemisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora