CAPÍTULO 12

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        —No sé qué haremos con él, de momento se queda como está. —Con los ojos cerrados pude distinguir la voz de Katy a mi lado.

        —No puede seguir con nosotros, podríamos dejarle fuera con los infectados para que acaben con él, si es verdad que lo que pasó con mi padre fue su culpa no quiero estar en el mismo lugar que él. —Ahora la que susurraba era Valeria hablando de Mario, era normal que pensase de ese modo.

Traté de abrir los ojos, pero los sentía pesados, aún me sentía adormilada, pero no era eso lo que impedía que se abriesen, con esfuerzo logré abrirlos un poco y miré a mi alrededor, estaba echada en una cama de alguna de las habitaciones, supongo que, de la cafetería, no creo que hayan pensado en marcharse, aunque no sabía cuánto tiempo llevaría dormida.

A mi lado se encontraban Katy y Valeria, las cuales ya sabía que estarían aquí, mirándome con sus rostros llenos de preocupación. Intenté sonreír para que cambiasen sus rostros y me incorporé, bueno, traté de hacerlo, un pinchazo agudo hizo que volviese a la posición inicial.

        —No intentes moverte, según Luke, tardarás un poco en poder hacerlo, lo bueno es que has despertado al fin. —Katy se limpiaba las lágrimas que se habían escapado de mis ojos debido al dolor tan intenso que sentí.

        —Iré a avisarle para que vea cómo estás. —Valeria salió a prisa de la habitación.

        —Nos tenías muy preocupados a todos, pensábamos que no despertarías después de tanto tiempo —Traté de levantarme de manera lenta para que no volviese el dolor, pero de nuevo apareció, Katy me sujetó y me echó hacia abajo—. Estate quieta, tienes dos costillas rotas, Luke te ha vendado para inmovilizarte la zona, pero, de todos modos, no puedes hacer esfuerzos o no sanarán.

        —¿Cuánto tiempo llevo así? —Me asusté con el sonido de mi voz ya que salió más ronca de lo habitual.

        —Cuatro días. Nos tenías muy preocupados —respondió poniendo una mano sobre mi hombro ya que leyó la intención que tenía de volver a moverme.

        —¿Dónde están los demás? —Tuve que preguntar dos veces hasta que la ojiazul entendió lo que le decía, mi voz apenas era audible y hasta me costaba respirar.

        —Flavio, Karla y Samantha salieron a buscar a tu madre, todos los días por la mañana salen para encontrarla cuanto antes. Al principio ninguno quería separarse de ti, pero estaban demasiado nerviosos y asustados por tu estado, por lo que tuvimos que mantener sus mentes ocupadas. Además, que tuvimos que mantenerlos alejados de Mario, si fuese por tu amiga ya sería infértil, ni qué decir de Flavio, él ha conseguido pegarle un par de puñetazos sin que pudiésemos detenerlo. —Katy se reía como recordando la escena.

Unos segundos más tarde la puerta se abrió permitiendo la entrada de Luke, quien al verme despierta me saludó con una sonrisa en su rostro.

        —Déjame verla —Luke se puso de pie al lado de mi cabeza, traía algo en su mano que no fui capaz de distinguir—. Quizás te duela un poco, aguanta —dicho eso me tocó el párpado de arriba haciéndome cerrar los ojos, cuando los pude abrir vi cómo retiraba la gasa que me había impedido abrir los ojos al principio—. Va a escocer —Cogió un algodón y alcohol y se acercó a mí, yo solo pude cerrar los ojos antes que comenzase con su tarea. Cuando terminó de curar mis ojos puso su rostro muy cerca del mío, mirando fijamente mis ojos, primero miraba uno atentamente y pasaba al otro. Estaba comenzando a ponerme nerviosa cuando se volvió a alejar. Comenzó a hacerme preguntas, cómo me llamaba, dónde estaba, me preguntó también por los nombres de mis amigos y tenía que decirle brevemente cómo los había conocido.

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