CAPÍTULO 46

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POV SAMANTHA

Desperté sola en una sala de enfermería. No había duda de donde me encontraba debido al olor tan característico de cualquier hospital. Tenía un monitor a mi izquierda y una vía en la mano derecha, no sabía cuánto tiempo habría pasado desde que me trajeron aquí, pero me encontraba mucho mejor, no sentía dolor en la pierna y estaba menos cansada. Intenté incorporarme después de estar un rato despierta y así poder observar mejor mi pierna. Arthur apareció antes de poder hacer ningún movimiento y se acercó a mí.

      —Veo que ya estás despierta. —El tono de voz de Arthur era divertido.

     —Sí ¿Cuánto tiempo llevo aquí?

     —Unos días, no mucho ¿Cómo te encuentras? —cuestionó el médico observando el monitor y apuntando el resultado en un informe.

     —Bien, no me duele nada, sólo estoy molesta por estar de la misma postura. —Intenté incorporarme de nuevo y esta vez el médico me ayudó tomándome por las axilas. Parecía cansado con ojeras bajo sus ojos. En esos momentos entró Luke, tenía el mismo aspecto que Arthur y diría que incluso peor. Los dos parecían necesitar un largo y apacible sueño.

     —Pues aún te queda un tiempo en la cama —Le miré con el ceño fruncido, no quería seguir aquí mucho más tiempo y, además, la pierna no me dolía—. Después de unos días podrás levantarte, pero tendrás que usar muletas y no puedes, bajo ningún concepto pisar con la pierna. Has sido una inconsciente al no hacerme caso cuando te dije que tenías que venir, tu situación podría no haber terminado bien. Sufriste una pérdida de sangre bastante grave y si no fuese por la sangre de Daniela que te tuvimos que transfundir, hubiera sido mucho peor. —El enfado del médico era palpable, sabía que lo único que hacía era preocuparse por mí, pero tenía que entender que no tenía opción, no hubiera podido estar en enfermería pensando en Katy secuestrada.

En esos instantes caí en cuenta de la ojiazul. Ella no estaba aquí ¿dónde estaría?

     —Lo siento, no volverá a pasar. —Si me encontrase en la misma situación, volvería a hacerlo, pero no necesitaba que Arthur siguiese preocupándose por mí.

Un movimiento en la cortina de enfrente me hizo mirar rápidamente, mi corazón se aceleró como loco pensando que sería la chica que tanto anhelaba ver, pero en su lugar se encontraba Daniela, podía ver en sus ojos rojos que había estado llorando y parecía afligida, pero puso mejor cara cuando me vio. Sin embargo, la conocía lo suficiente para saber que no estaba bien. En un principio pensé que sería preocupación por mí, pero cuando Karla nos dijo sobre Maritza, pude comprender el estado de mi amiga.

Yo era una de las pocas personas que sabía de la historia entre ellas dos, Daniela estuvo completamente enamorada de la latina. Aunque la mujer estaba casada no fue impedimento para mi amiga enamorarse. Le ayudó con su marido quien la maltrataba e hizo que se alejase de ella, cuando todo parecía ir bien entre las dos, Maritza la dejó por otro hombre. Mi amiga, aunque estuvo profundamente dolida, solo se culpó a ella, porque decía que la latina siempre tuvo un enamoramiento con él, aunque con quien se acostaba era con ella, además de que para mí era evidente que la latina también quería a mi amiga. Maritza estaba dividida entre los dos, pero al final, por el miedo por el que dirán de la sociedad, Maritza terminó la relación con mi amiga. Aun con todo el daño que le causó, Daniela estuvo para ella.

La latina le explicó a mi amiga lo ocurrido cuando la encontramos y parecía querer recuperarla, sin embargo, el corazón de la morena ya estaba ocupado por Karla y no iba a dejarla ir. Pero sí la dejó formar parte de nuestro grupo, siempre supe que la latina era una parte importante en la vida de mi amiga, a pesar de todo.

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