CAPÍTULO 72

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POV SAMANTHA

Después de hablar con Nevin. Daniela, Flavio y yo, nos dirigimos a la cocina donde pudimos observar que nuestras personas favoritas habían terminado de preparar la cena. Al principio pensamos cenar allí, pero a los pocos minutos comenzaron a llegar los demás trabajadores por lo que al final, decidimos ir a la caseta donde Daniela se estaba quedando.

Pasamos varias horas hablando y bromeando entre nosotras después de la cena. Lo cierto era que no quería que este momento acabase y quería alargarlo cuanto me fuera posible ya que mañana Katy y mi madre se marcharían a la urbanización y no sabía cuándo volvería a verlas, ni si lo haría.

Si, estaba asustada por todo lo que tenía que venir, en el fondo me gustaría salir corriendo de aquí, pero no podía hacerlo, quería ayudar a los soldados que, literalmente, salvaron a mi mejor amiga, si Nevin y Erika no la hubiesen encontrado y cuidado, posiblemente a estas alturas no sabríamos de Daniela. Además, ella estaba decidida a ayudarlos y yo no la iba a dejar sola en esto.

        —Bebé, ¿nos vamos a dormir? —Katy se frotaba los ojos como una niña pequeña, y, a decir verdad, yo también me sentía exhausta.

        —Por supuesto, vámonos —Besé su mejilla y me levanté mirando a Karla y Daniela. La ojiverde estaba sentada sobre las piernas de mi amiga y también le costaba mantener los ojos abiertos. Por mucho que me gustase continuar pasando el tiempo con todos, el cansancio era demasiado fuerte—. Buenas noches, chicos. —Me acerqué a cada uno para despedirnos y mi madre y Flavio también se levantaron.

        —Yo también me voy, cariño. Os acompaño. —Mi madre besó la mejilla de mi mejor amiga y su novia siendo seguida por Flavio, quien también vendría al módulo con nosotras.

Debido a la hora tan tardía, todos estaban durmiendo y no había nadie por el patio paseando, lo que hizo que nos mantuviésemos en silencio todo el trayecto para no romper el ambiente tan agradable y silencioso que nos acompañaba. Una vez en el módulo, cada uno se dirigió a su habitación, no me sorprendí demasiado cuando mi madre entró junto con Katy y conmigo, seguramente que quisiera pasar la última noche antes de separarnos, juntas. Era algo que no me molestó en absoluto, al contrario, no sabía lo que iba a suceder con nosotros y quería atesorar cualquier minuto con mi novia y mi madre.

        —Cariño, ¿no puedo decirte nada para hacerte cambiar de opinión? Aunque no sea mucho, me gustaría quedarme a ayudar en lo que pueda, pero no quiero dejarte aquí sola mientras yo estoy tranquilamente allí. Voy a estar muy preocupada porque algo pueda ocurrirte. —Mi madre habló con lágrimas en sus ojos. Habían sido innumerables veces las que había intentado hacerme cambiar de opinión, pero yo no estaba dispuesta a que se quedase aquí, al igual que Katy, quería que las dos estuviesen lejos de este lugar.

        —Mamá, por favor, ya lo hemos hablado y no, no puedes quedarte, no sabemos qué va a suceder, no sabemos cuántos soldados vendrán y tú no estás entrenada, no podrías defenderte si alguien te atacase y no quiero que te pase nada. —Me senté junto a ella en la cama y ella apartó su mirada de la mía pensando, como si tuviese un conflicto interno.

        —Está bien… ya no diré nada más. Pero prométeme que volverás. —Sin poder resistirlo más, la abracé, quería sentirme esa niña que corría a los brazos de su madre cuando tenía miedo para que la tranquilizase y le diese seguridad, justo como ahora.

       —Lo prometo. —No estaba del todo convencida de poder cumplir esa promesa, pero haría todo lo posible por intentarlo.

       —Y tú también —Katy se había empezado a cambiar la ropa por el pijama, cuando la voz de mi madre la sorprendió—. Quiero que las dos regreséis sanas y salvas. —Incorporándome de la cama, dejé que mi novia abrazase a mi madre quien la esperaba con los brazos abiertos.

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