CAPÍTULO 60

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POV KARLA

Podía ver perfectamente cómo Tony estaba sobre mí, moviéndose, a pesar de decirle que parase. Quería apartarme del dolor que me producía, pero me era imposible, él tenía más fuerza que yo y por mucho que tratase, no me podía alejar de él.

Sentí unos dedos en mi cabeza acariciándome con ternura y algo reteniendo mi mano, pensaba que era Tony y en cuanto pude abrir los ojos y vi que tenía las manos liberadas, rápidamente lo retiré y me alejé cuanto pude. Trataba de no llorar, no quería que él me viese tan vulnerable, quería que se marchase y me dejase en paz.

        —¡Aléjate! ¡No me toques! —grité a la persona a mi lado. No quería su repulsivo toque, había hecho lo que había querido conmigo y ahora quería que se marchase.

        —Karla… —Esa voz… no era a Tony a quien había rechazado, sino a Daniela—. Tranquila, soy yo. —Volví a escuchar que decía mientras se acercaba a mí para que pudiese verla bien. Entonces caí en cuenta que ella podría verme a mí y sentí vergüenza. Ella me había visto indefensa y frágil mientras Tony me forzaba, no quería que viese también el estado tan deplorable en el que me había dejado, por lo que me tapé con la sábana lo más rápido que pude.

        —Ve-vete de aquí. —En el fondo tenía la esperanza de que no lo hiciese, que se quedase a mi lado diciendo que todo estaría bien, aunque nada lo estuviera.

        —Está bien… —murmuró en un suspiro antes de marcharse.

Todo mi mundo se derrumbó cuando la vi alejarse sin más y comencé a llorar. Ella no quería estar a mi lado. Cuando me veía seguramente veía a Tony sobre mí tocándome y haciendo lo que quería conmigo y seguro le repugnaba la idea de acercarse a mí.

Yo misma me daba asco, ¿cómo no había pensado que para ella también sería desagradable? Ella no sólo sabía que me había violado ese miserable, sino que me había visto con sus propios ojos, además, yo misma la había suplicado con la mirada en aquel momento que no me abandonase.

Sabía el dolor que la estaba causando verme, y una parte de mí no quería que lo hiciese, pero ver sus ojos me permitía concentrarme en ellos y evadirme, aunque fuera un poco de lo que estaba sucediéndole a mi cuerpo.

Pero había sido demasiado, ver cómo abusan de tu novia era cruel, eso lo sabía el moreno y tengo seguro que por eso lo hizo, quería hacer sufrir a Daniela y lo consiguió, lo pude ver en su mirada en aquel momento.

Escuché un ruido y miré rápidamente hacia la cortina moviéndose hacia un lado, me tapé más para evitar que nadie que entrase me viese en este estado. Me dolía al estar sentada, sentía los músculos tirantes, pero no podía estar tumbada, me sentía débil y vulnerable, aunque así era exactamente como me encontraba.

Katy entró y corrió la cortina para después caminar varios pasos en mi dirección, veía tristeza en sus ojos y cómo sus labios temblaban aguantando el llanto al verme más de cerca, quise decirle que estaba bien que no tenía que ponerse así al verme, pero me sentía incapaz de hacerlo.

        —Lo-lo siento —Ella se alejó del abrazo que me acababa de ofrecer cuando sintió cómo todos mis músculos se tensaron ante su contacto, no era que no lo deseara, simplemente aún sentía el tacto de Tony recorrer mi cuerpo y eso me hacía sentir sucia y no quería que me tocase—. ¿Cómo estás? —La miré sin decir nada, ¿qué debería decirle? Que me encontraba echa una mierda, literalmente, o mentirle y decirle que estaba bien. No me hizo falta pensar mucho ya que ella continuó—. Sé que ha sido tonto preguntarte, cómo vas a estar. Quizá no quieras la compañía de nadie ahora mismo, pero no estaré tranquila en el pasillo, así que me quedaré contigo. —Tomó asiento en la misma silla que anteriormente estaba sentada Daniela y mis ojos se humedecieron nuevamente al pensar en ella, en que seguramente la había perdido definitivamente.

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