CAPÍTULO 34

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Cuando me desperté me di cuenta de que me había quedado dormida con el teléfono en las manos, iba a volver a ver las imágenes cuando sonó el timbre, esta mañana estaba hambrienta por lo que no tardé en vestirme y salir del cuarto. Cuando estaba en el pasillo vi a Katy y a Samantha saliendo de su habitación y sin dudar me fui hacia ellas, me miraron algo confusas, seguramente que porque era la primera vez que me acercaba a ellas de este modo.

No había duda de que me encontraba más animada esta mañana que las anteriores. Saber que estaba rodeada de personas tan importantes para mi yo del pasado, había ayudado mucho en eso.

        —Buenos días ¿vamos a desayunar? Me estoy muriendo de hambre. —Les saludé con una sonrisa mientras buscaba con la mirada a la chica que se colaba en mis pensamientos, pero no estaba con ellas.

       —Veo que algunas cosas nunca cambian. —No sabía a qué se refería, pero parecía alegre con ello y me abrazó tomándome por sorpresa, abrazo que respondí, aunque no entendiese el motivo de esta repentina muestra de cariño, sin embargo, ayer me pude dar cuenta que realmente éramos bastante cercanas.

Las tres llegamos al comedor viendo que el resto ya se encontraba en la mesa, a excepción de Karla, a lo mejor se había quedado dormida y no le di mucha importancia, aunque me sentía un poco decepcionada ya que quería hablar con ella hoy.

Cuando fuimos a por el café, vi que había una gran cantidad de dulces, el aroma que había dejado en todo el comedor había hecho que mi estómago sonase nada más entrar. Mi bandeja no fue suficiente para coger todas las cosas que quería comer por lo que las dejé en la de Samantha, quién no se negó.

        —¿Vas a comerte todo eso? —Ya nos habíamos sentado en la mesa y le quité las cosas de la bandeja de mi amiga y las apilé en la mía. El enfermero, creo que se llamaba Luke, me miró atónito y le sonreí.

       —¿De verdad no recuerdas nada, Daniela? —Escuché que me preguntó Samantha, estaba sentada a mi lado.

       —No —negué con la cabeza—. ¿Por qué lo dices?

       —Porque todo lo que has cogido, son cosas que habrías escogido antes de perder la memoria, quizá poco a poco estés mejorando sin darte cuenta. Por cierto ¿qué tal con las fotos ayer? —Podía notar que estaba ansiosa porque comenzase a recordar. Me sentía mal por tener que seguir diciendo que no.

       —Aún no recuerdo nada, me quedé dormida pasando las fotos, ah, también leí alguno de los mensajes de nuestra conversación, quería saber si podría recordar algo leyéndolos. Espero que no te moleste. —Ahora que lo pensaba, a lo mejor no había sido buena idea hacerlo, aunque solo haya leído los mensajes que tuvo conmigo, a lo mejor, no le sentaba bien el hecho de invadir su privacidad.

       —No pasa nada, todo lo que puedas ver en el teléfono ya lo sabías antes, ahora, aunque sin memoria, sigues siendo tú y confío plenamente en ti —Lo que dijo me conmovió, pero para ella pareció normal ya que sin darle mucha importancia cogió un croissant dejándole a Katy que mordiese primero—. ¿Te queda alguna duda sobre que lo que te decimos nosotros es cierto? —Samantha parecía asustada esperando mi respuesta.

       —No, ninguna. En verdad teníamos todos una relación bastante fuerte. Incluso he llegado a pensar incluso que tú y yo éramos pareja. —Me puse a reír en el mismo momento en el que Samantha se atragantaba con el croissant que acababa de meterse en la boca y tosía fuertemente, Katy también parecía divertida con la situación.

       —Joder… no me pegues esos sustos —Después de toser y recomponerse, al fin pudo hablar—. Nosotras nunca podríamos tener nada, somos casi hermanas y sería asqueroso. Algunas veces me molestaba que siempre me pidieses el teléfono para sacar fotos de todo, pero ahora mismo lo agradezco. Es gracias a ellas que nos crees. —Asentí con la cabeza y zanjamos el tema ahí, no quería terminar diciendo que, en realidad, había estado más concentrada en las fotos de la castaña que en ninguna otra.

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