Infected

CAPÍTULO 23

        —Lo único que os pido, es que, por favor, no hagáis eso delante de mí —María hacía rato que había vuelto al autobús, ella miraba a su hija quien le comía, literalmente, la boca a Katy—. Aún me tengo que acostumbrar a todo esto —Mi amiga la vio con decepción y dolor—. Oh, no es porque estés con una mujer, créeme, solo que siempre te he visto soltera, me da igual si es un chico o una chica con quien estás mientras seas feliz, pero… aún tengo que dejar de verte como mi pequeña —Diría que esa respuesta fue la acertada, ya que mi amiga soltó el aire que había estado reteniendo, Karla y yo estábamos sentadas unos asientos por delante de ellas viéndolas—. Y, vosotras, señoritas —Nos apuntó con un dedo—. No quiero escuchar de nuevo lo mismo que anoche. Casi no pude dormir. —Ahora fue el turno de nuestras amigas de reírse y nosotras el de sonrojarnos, deseando que la tierra nos tragase.

Sólo habíamos recorrido unas pocas calles desde que María se uniese a nosotras. Parecía haberse tomado a bien la relación de su hija y eso me alegraba, aunque aún no habían tenido mucho tiempo para hablar, lo tendrían, ya que desde ahora nos acompañaría la mujer.

       —Tengo que parar un momento, le estoy escuchando unos sonidos a este autobús que no me gustan. —Mi amigo bajó del vehículo y yo le seguí con el arma en las manos ya que no podíamos fiarnos, aunque la calle pareciera desierta.

       —Como pensaba, vamos a tener que buscar otro vehículo para desplazarnos —Mi amigo después de mirar el capó, se tiró al suelo y miró debajo de éste. Yo no entendía nada de coches, así que no podía dudar en lo que decía—. Menos mal que aún no hemos salido del pueblo y podemos encontrar algún otro.

       —Busquemos algún coche, aunque tengamos que llevar varios, esto de los vehículos grandes no está resultando y, además, son más difíciles de manejar entre tanto caos. —Mi amigo asintió con la cabeza y le comentamos lo que pasaba al resto.

Con todos de acuerdo con mi opinión de buscar algo más pequeño, nos pusimos en marcha. Por suerte, nos hallábamos en una de las calles más transitadas y tendríamos más posibilidades de encontrar algo, pero después de un buen rato buscando, no encontramos nada que nos convenciese, como mínimo necesitaríamos dos coches. Lo bueno de todo esto, es que gracias a la limpieza que habíamos estado haciendo los últimos días, apenas habían infectados y rápido nos deshacíamos de los que iban apareciendo, haciendo el menor ruido posible para no alertar a los que estuviesen en las calles cercanas.

       —Mira lo que tenemos aquí, este pequeñín sería perfecto —De pequeñín nada, Flavio señalaba un todoterreno rojo y se fue corriendo hacia él, dio una vuelta observándolo detenidamente y se sentó en el lugar del conductor aprovechando que la puerta estaba abierta—. Alguien ha estado aquí, se han llevado la radio y han estado rebuscando algo, por lo demás, parece nuevo —El moreno se veía feliz, parecía un niño tocando todo lo que encontraba, abrió el capó y estuvo mirando algo tal y como hizo con el bus anteriormente, se tiró al suelo y lo estuvo viendo por abajo. —Parece que está bien, voy a arrancarlo a ver cómo suena.

       —Nosotros seguiremos buscando algo, a parte de éste, necesitaremos otro. —Dejamos a Flavio con María y Ana y los demás seguimos en búsqueda de algún otro vehículo.

       —¡Aaah! —Solté un grito agudo lleno de emoción y recogí lo que había encontrado en el suelo.

       —¿Qué pasa? —Luke venía asustado donde yo estaba, el resto observaban asustados su al rededor. Le mostré las llaves mientras saltaba de la emoción y seguía dando grititos silenciosos, no podía creerlo. El ojiazul me miraba desde su lugar con una ceja alzada y aguantándose la risa, normalmente no me comportaba así, pero me hacía mucha ilusión lo que había encontrado. Valeria y Katy iban por delante y vinieron hacia nosotros también controlando su risa.