CAPÍTULO 59

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POV DANIELA

        —Quieta… no tan rápido. —El brazo de Luke me retuvo hacia abajo sin dejarme opción de moverme. A pesar del dolor que sentía en la cabeza quería ver a Karla y por eso había intentado levantarme, pero al parecer, Luke tenía otras intenciones.

Acababa de despertar y sabía que estaba en la enfermería. El olor era demasiado característico como para no darme cuenta.

        —¿Cómo está Karla? —Mi voz salía rasposa y sentía la garganta seca, pero no me importaba—. ¿Cómo está Karla? —Volví a preguntar ante el silencio de Luke, quizá no me hubiese escuchado.

        —¿No quieres saber cómo estás tú? —Luke levantó el cabecero de la cama para dejarme ligeramente sentada y él tomó asiento después de acercar más la silla.

        —Sé que estoy despierta, así que estoy bien. Quiero saber cómo está ella. —El ojiazul asintió lentamente con la cabeza y fijó sus ojos en los míos.

        —Antes de nada, necesito que me digas qué es lo que recuerdas. —Fruncí el ceño ante su petición y empecé a hacer memoria. Me dolía un poco más la cabeza al tratar de concentrarme, pero lo recordaba todo, cada grito, cada llanto de Karla… según iba pensando, el pitido de una máquina que tenía conectada comenzó a acelerarse y Luke me miró triste al ver caer varias lágrimas.

        —Lo recuerdo todo. —Le dije agachando la cabeza, sin querer dar detalles y mucho menos hablar de ello en voz alta.

        —Está bien… no tienes que hacerlo, lo entiendo. ¿Recuerdas el momento en el que Leo entró? —Volví a mirar al ojiazul confusa, ¿quién era Leo? Cómo si me leyese la mente, Luke me aclaró mis dudas—. Es el hombre que entró primero a la habitación donde os encontrabais tú y Karla, él golpeó a Tony.

        —Sí… me acuerdo. —Y cómo olvidarle. Mis manos comenzaron a temblar al recordar ese momento justo donde pensé que lo peor aún no había pasado.

FLASHBACK

Tony estaba sobre Karla, gimiendo y jadeando cada vez con más frecuencia. La mano que tenía sobre su clavícula cambió y la sujetó por el cuello, sabía que estaba ejerciendo bastante presión por el rostro cada vez más rojo de Karla y comencé a sentir auténtico pavor ante la sola idea de perderla.

Quise morirme en el momento en el que pude leer un “te amo”, salir de los labios de Karla, ella parecía pensar lo mismo que yo.
En ese momento dejé de sentir dolor y lo único en lo que podía concentrarme era en la castaña, y en que debía hacer algo o sería demasiado tarde. Ejerciendo toda la fuerza que pude reunir, moví el cristal frenéticamente cortando la cuerda, ignorando lo que ésta provocaba en mi mano, pero no fui lo suficientemente rápida como para poder ayudarla.

Justo en el momento en el que la cuerda cedió y me fui a levantar, un hombre se lanzó sobre Tony haciéndole caer al suelo, comenzó a golpearlo con furia, mas no me importó y miré a la ojiverde.

Lloraba.

Estaba llorando y, por primera vez me alegré al oírla hacerlo, eso significaba que estaba viva, había aguantado todo lo que Tony le había hecho.

Me levanté rápidamente de la silla, quería ir y abrazarla, hacerla saber que ya había terminado todo, pero solo fui capaz de dar dos pasos, al siguiente, todo mi cuerpo se desplomó sobre el suelo.

FIN DEL FLASHBACK

Noté una lágrima caliente, seguidas por muchas más caer en mis manos entrelazadas sobre mi regazo, no podía creer todo lo que había pasado delante de mis narices sin haber sido capaz de hacer nada. Me había prometido proteger a Karla y cuidarla y no había sido capaz y, para colmo, no solo no había podido ayudarla a ella, si no a ninguno de mis amigos que tanto me habían estado ayudando.

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