CAPÍTULO 49

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        —Hola, chicos. —Katy y yo fuimos al comedor unos minutos después de que sonase el timbre que avisaba del desayuno. La mayoría ya estaban sentados, sólo faltaban Daniela y Karla.

       —Buenos días. —Raina y Astrid también se encontraban en la mesa tomando únicamente una taza de café.

       —Pareces cansada. —Mi madre habló a alguien a mi espalda y tuve que girarme para poder ver de quién se trataba.

       —He estado de guardia por la noche, apenas he dormido —Daniela llegaba con Karla por detrás de nosotras. Era verdad que no tenía muy buena cara, los ojos a penas si los mantenía abiertos y se notaban las ojeras debajo de ellos—. ¿Por qué tienes tan buen aspecto? —preguntó señalando a Raina quien le sonrió dejando el café en la mesa.

       —Será porque aún no me he acostado y porque ya estoy acostumbrada a no dormir durante varios días. —Daniela asintió no demasiado convencida y fue a servirse algo para desayunar junto a la ojiverde.

       —Vamos nosotras también. —Mi novia fue empujando la silla y me serví una taza de café, la verdad era que no me apetecía tomar nada más.

       —Daniela me dijo que querías que te enseñase algunas cosas —Presté atención a la conversación que mantenían Raina y Karla—. Si quieres, en cuanto desayunemos podemos comenzar. —Katy también estaba escuchando lo que le decía la soldado.

       —A mí también me interesa ¿Puedo? —Las dos chicas miraron a la ojiazul sonrientes.

       —Por supuesto que sí.

       —Entonces yo también voy, esto no me lo pierdo. —Astrid habló emocionada desde su asiento. No me parecía mala idea que mi novia quisiese aprender a defenderse, era justo lo contrario, me alegraba que quisiese hacerlo, pero no me gustaba la idea de que Astrid las acompañase. No sabía cuáles serían sus intenciones.

Las cuatro chicas se pusieron a charlar mientras se tomaban el café, Katy y Karla se encontraban bastante entusiasmadas con el entrenamiento, aunque sabía, gracias a Daniela, lo duro que había sido, esperaba que no fuesen demasiado lejos con ellas dos.

       —Por cierto, Luke ¿Cómo van los pacientes que tenían haciéndoles pruebas? —El ojiazul terminó de masticar lo que tenía en la boca y miró a mi amiga.

       —Hemos encontrado tratamiento para la mayoría y están mejorando, aunque lentamente. Arthur y Marlene están estudiando el caso de algunos que aún no saben cómo tratarlos, de momento esas personas están estables, pero tampoco mejoran como los demás. —Me alegraba que la mayoría estuviesen mejorando, no me podía imaginar qué hubiese pasado con Daniela de haberse enterado que ella tampoco se infectó cuando la mordieron.

       —Cariño, me voy. Tú debes ir a descansar la pierna. —Tanto Katy como Karla se despedían de nosotras antes de marcharse con Raina y Astrid. Daniela también se levantó de su asiento después de dar un beso a su novia y se marchó con ellas por el pasillo, suponía que iría a la habitación a dormir un poco. Parecía hacerle falta.

Un rato después, yo también me marché. Cada uno tenía sus cosas que hacer y era la única desocupada, la única recomendación que me había dado Arthur era la de descansar la pierna y me había dicho que no podía forzarla o me dejaría de nuevo en enfermería, sabía que era capaz de hacerlo por lo que tendría que hacerle caso. Esperaba que mañana me pudiese dar alguna indicación más.

[…]

       —Voy a dejar el trabajo en la escuela —Estábamos en el comedor a la hora de la comida, Katy había venido por mí a la habitación minutos antes de que sonase el timbre, cuando llegó ya se había duchado y colocado ropa limpia—. Después de comer también iremos con Raina y Astrid y al final no tendré tiempo de ir al colegio.

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