CAPÍTULO 33

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POV DANIELA

Cuando aquella chica de ojos verdes salió de la habitación después de volver de la enfermería, me quedé con un mal sabor de boca, pero decidí no pensar mucho en ello, no era mi intención lastimar a nadie, pero por más que lo intentara, mi memoria no volvía, lo único que conseguía eran dolores de cabeza. Tendría que esperar a mañana para que me diesen los resultados de mis exámenes, estaba bastante ansiosa por saberlos, esperaba que todo estuviese bien y en poco tiempo pudiese volver a mi vida anterior.

Marlene entró después de llamar a la puerta, tras ella, una chica que vestía un uniforme militar, a pesar del pelo tan corto, era un corte bastante femenino, el color era particular y bastante llamativo, negro con algunas mechas rojas, pude apreciar parte de un tatuaje en el cuello, la mayoría lo tapaba el borde de la camiseta por lo que no podía saber qué era.

Ella me estuvo observando de arriba abajo, igual que yo estaba haciendo con ella, hasta que un carraspeo por parte de Marlene nos detuvo de continuar.

       —Os presentaré. Ella es Raina, forma parte de nuestro equipo y aquí es una de las soldados. —La chica, bastante atractiva, he de confesar, me ofreció su mano.

       —Marlene me ha mentido, eres mucho más guapa de cómo me había descrito, sin embargo, no estoy decepcionada. —Raina me habló al oído, mordiéndose el labio inferior al separarse de mí, no pude evitar sonrojarme ante su atrevimiento.

       —Bueno, creo que sobro, me voy, tengo que seguir con el trabajo. —Dicho esto, Marlene no tardó ni dos segundos en desaparecer y dejarme a solas con la soldado. Una vez que salió la enfermera, Raina se sentó en la cama y me hizo una seña para que yo también lo hiciese.

       —¿Cómo conociste a Nevin y Erika? —Me preguntó justo después de haberme colocado a su lado.

       —Ellos me encontraron, al parecer, un infectado me mordió y ellos me vieron en la calle, me llevaron a su casa y cuidaron de mí.

       —Predecible en ellos, ayudar a todo el mundo con el que se encuentran —La morena me dirigió una sonrisa al responder y me quedé viéndola, quizá más tiempo del recomendado ya que cuando Raina se dio cuenta, su sonrisa se ensanchó aún más—. También me ha contado Marlene que piensas hacer que vuelvan ¿Cómo te convencieron de ayudarles? —De nuevo esa sonrisa altanera que no desaparecía de su rostro.

       —Realmente no tuvieron que convencerme, después de ayudarme, me contaron su plan y no lo dudé. Ya que no tengo memoria me gustaría hacer algo con lo que me sienta útil.

       —Me gusta —Volvió a morder su labio inferior mirándome fijamente, esa mirada hacía que me pusiera nerviosa, parecía ver a través de mí, era la misma que usó Erika en un principio—. Solo una cosa más ¿No conociste a Miriam? Ella y Erika son inseparables. —Bajé la vista hacia mi regazo, todos parecían estar bastante unidos y era yo la que tenía que decirle que su compañera, y amiga, no estaba más entre nosotros.

       —Lo siento, no la llegué a conocer, no recuerdo los hechos ya que pasó antes de que me mordiesen, pero sin querer, llevé a tus compañeros hasta donde se encontraba su cuerpo. —Ella se tensó y apretó tanto su mandíbula que podía ver cada uno de sus músculos.

       —¿Sabes quién le hizo eso? —habló entre dientes con rabia.

       —Debí encontrarla antes de que me mordiesen y no puedo recordar nada. Lo siento.

       —No es tu culpa, pero me gustaría saber quién le ha hecho eso a un miembro de nuestro equipo ¿sabes? Nosotros no somos un grupo normal. Nos tratamos como familia y por eso somos un grupo tan reducido, siempre somos los mismos integrantes desde el principio de la formación. Llevamos juntos más de diez años, incluso algunos, ya nos conocíamos de antes. Hemos ido siempre a cualquier misión juntos, cuidándonos los unos de los otros. —Sus ojos se humedecieron mientras me contaba esto, pero ninguna lágrima cayó, se estaba conteniendo de hacerlo.

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