CAPÍTULO 22

45 16 0
                                    

        —Deberías hablarlo con ella. —Samantha al tercer día de comenzar a correr se unió a mí.

       —Lo sé, pero no sé qué decirle. Cada vez me es más difícil controlarme, pero tampoco quiero parecer desesperada. —Nos habíamos sentado en las escaleras y aún tenía la respiración acelerada, tomé un trago de agua después de que lo hiciese mi amiga.

        —No sé, simplemente dile que la quieres y que quieres hacer más con ella, demostrarle lo que sientes por ella no sólo con palabras. —Mi amiga elevó las cejas repetidamente haciéndome reír.

       —Sí, puede ser, ya veremos.

       —¿Ya habéis terminado? Es hora de desayunar, chicas. —María nos avisó y rápidamente nos fuimos tras ella.

El día anterior comencé a notar a Karla un poco distante y hoy, ni si quiera se sentó conmigo como normalmente hacía, en esta ocasión se había colocado al lado de Katy. Le había comentado esto a Samantha y ella pensaba que quizá actuase así porque creyese que yo la ignoraba, cuando lo único que quería era tomar un poco de distancia para darle el tiempo que ella necesitaba. Sin embargo, tendría que hablar con ella como me había aconsejado.

El día pasó como los anteriores, intenté hablar con Karla en un par de ocasiones, pero siempre había algo que nos interrumpía, así que, mejor lo dejaría para la noche cuando estuviésemos las dos a solas en la habitación.

       —Ya casi estamos terminando aquí. Creo que unos pocos días más y no quedará ningún infectado. —Todos estábamos cenando en el patio, la noche era muy agradable como para no aprovecharlo.

       —Yo creo eso también, ya, a penas, vemos a alguno suelto por la calle, un poco más y seguimos hacia Getafe. —Luke estos días se había vuelto muy cercano con Valeria, pasando la mayor parte del día con ella, supongo que habrán hablado de su hermano y por eso ahora sacaba el tema. No me molestaba en absoluto, en un principio nos acompañaron porque les dijimos de ir a Getafe después de pasar por aquí y ya había pasado mucho tiempo desde aquello, aún no tenían noticias del chico y comenzaban a preocuparse.

       —¿Podríamos quedarnos un par de días más aquí en lo que nos aseguramos qué está todo bien? —pregunté mirando a Valeria y Ana quienes asintieron con la cabeza.

       —Gracias.

Después de unos minutos más de charlas, me despedí de todos en la mesa y me fui a la habitación, quería poder hablar cuanto antes con Karla, de nuevo no se había sentado a mi lado y no me dirigía la mirada.

A penas me dio tiempo de meterme en la cama cuando Karla ya entraba. Me miró por unos instantes y se dirigió a su lado de la cama. No sabía por dónde empezar, quizá lo que me había dicho mi amiga esta mañana no estaba tan mal, en todo el día aún no se me había ocurrido nada con todo lo que quería decirle.

       —¿Ya ni me vas a dar las buenas noches? —Karla estaba enfadada conmigo, lo supe en cuanto habló, y con razón, estaba tan concentrada en las palabras que usaría que ni siquiera la había saludado. Era una mala forma de comenzar.

       —Perdona, estaba pensando. —Fui a darle un beso, cuando ella se retiró. Yo me sorprendí con su acto.

       —Te voy a preguntar algo y quiero que seas sincera. —Otra vez el mismo tono de voz serio, lo que quería decir que no era bueno lo que me fuera a decir—. ¿He dejado de atraerte? Desde el día que nos duchamos has estado evitándome, apenas pasamos tiempo a solas, cuando nos acostamos en la cama, solo me das un beso y te pones a dormir, si te das cuenta que en realidad no te gusto, dímelo, no quiero estar contigo por lás… —La besé, sin más, no podía seguir escuchando tantas tonterías de su parte ¿Qué no me atraía?

InfectedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora