Ver las cabezas castaña y morena asomarse poco a poco con miedo en sus ojos, no tenía precio. A pesar de todo lo sucedido, ver la mirada de Karla de aquella manera, me causó una gran ternura y me hizo querer tomarla entre mis brazos para no soltarla más.
Pero no podía bajar la guardia con ella, estábamos fuera y no sabía si en peligro, por lo que me retiré y comencé a mirar hacia todos los lados como una paranoica, no era probable que Tony estuviese cerca, sin embargo, no tenía esa certeza y lo que menos quería era exponerlas más al peligro.
Teníamos que volver a la seguridad que nos brindaba el interior del cercado, además, Rocco estaría esperando dentro y se preocuparía si no llegábamos pronto.
Las tres chicas comenzaron a bajar del coche y la sorpresa fue no encontrarme a Raina con ellas, si no que era Andrea quien bajaba de los asientos traseros del deportivo.
—¿Y Raina? —Sonreí por inercia al escuchar la voz preocupada de Astrid preguntando por su compañera.
—Durmiendo. —Karla respondió simple y Astrid comenzó a caminar hacia la entrada del campamento. El guardia que nos acompañaba estaba de pie a nuestro lado, él no quitaba los ojos de la ojiverde, descaradamente recorría todo su cuerpo de arriba abajo quedándose por un momento sobre su culo y más tarde, sus pechos.
—Ve a decirle a Rocco donde estamos. —Chasqueé los dedos ante los ojos que seguían fijos sobre mi chica antes de hablarle en un tono hostil.
—…sí. —El guardia siguió unos segundos más, mirando embelesado a la castaña hasta que respondió y se retiró con su rostro enrojecido.
—Vámonos, no podemos estar aquí. —Les indiqué a las chicas. Andrea fue la primera en andar en la misma dirección que lo hacía el guardia, Katy y Karla la siguieron y yo fui tras ellas, sentía la necesidad de observar todo a mi alrededor, no quería que, por ninguna circunstancia, alguien nos sorprendiera.
—Daniela… —Estábamos llegando a la valla cuando Katy le hizo un gesto a la castaña y esta se colocó a mi lado llamándome la atención. Sin embargo, mi vista estaba fija en algo blanco que había pegado sobre la reja del campamento y no la presté atención. En su lugar, entrecerré los ojos intentando fijar la mirada para ser capaz de distinguir de qué se trataba aquel objeto.
Estaba justo en el lado de la verja que estaba cortada y, al acercarnos lo suficiente, pude darme cuenta que era una hoja de papel. No era difícil saber que sería una nueva nota escrita por la misma persona de la cual tenía guardadas otras dos.
Con el miedo haciéndose paso, comencé a correr olvidándome de las chicas, no podía ser que justo en este lugar hubiese dejado una carta sin que nos diésemos cuenta. Una vez más, Tony parecía estar más cerca de lo que creíamos y ese pensamiento hizo que un escalofrío me recorriese por todo el cuerpo haciéndome temblar.
El papel estaba doblado por la mitad, atado al alambre mediante un hilo que atravesaba la hoja por uno de sus bordes. Tomé una inhalación profunda tratando de calmar mi respiración cada vez más agitada y pesada. Los latidos de mi corazón resonaban con fuerza en mis oídos, parecía querer salirse de mi pecho mientras tomaba aquel folio con las manos sudorosas.
Como pensaba, la nota era de Tony, fue lo primero que comprobé al desplegar la hoja y observar la característica “T" antes de comenzar a leer su contenido.
“Este lugar no era el único por el que podía entrar, así que todos tus intentos por vigilar la reja no han servido de nada.
Date cuenta de una vez que no eres mejor que yo, que no eres capaz de proteger a nadie y dentro de poco perderás todo cuanto amas.
Eres inútil y patética, siempre yendo varios pasos por detrás de mí.”
"T".
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Infected
Random¿Qué pasaría si un día tu vida cambiase radicalmente? Nada de lo que conocías vuelve a ser como antes y todo, a causa de un virus. Un virus que no se había visto antes. Un virus que en lugar de causar tos o fiebre, hace que la gente se convierta en...