CAPÍTULO 50

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No sabía dónde podrían estar, Katy me comentó que les hacían correr bastante así que no debía ser difícil encontrarlas. Fui por el patio central mirando hacia los lados y escuchando con atención por si las oyese. Después de unos minutos me pareció escuchar la voz de Karla y la seguí hasta un lugar cerrado al lado del módulo donde había maquinaria para hacer ejercicios, pero no las estaban usando, en su lugar, Karla y Katy intentaban golpear a Raina ante las instrucciones que les estaba dando Astrid, pero la morena esquivaba los ataques fácilmente.

        —Hola, chicas —Alcé la voz para que me escuchasen y no tener que acercarme demasiado a ellas. Las cuatro se detuvieron y me miraron—. Karla ¿vienes un momento? —La castaña sin dudar vino hasta donde me encontraba corriendo.

        —¿Ha pasado algo? —Oh, sí que ha pasado, y mucho, pero no podía decirle nada ya que Daniela no quería preocuparla de momento. Aunque no me pareciese del todo correcto, no podía decirle.

        —No, sólo venía a avisarte que he conseguido que Daniela se duerma, es para que no hagas mucho ruido si tienes que entrar en la habitación.

        —Está bien, menos mal que al final lo hace, ya me estaba preocupando.

        —Otra cosa más, ya que Daniela ayudaba en la cocina, iré yo contigo, si sigue durmiendo para esa hora, no le gustará saber que saliste muy tarde de trabajar. —Esa no era la razón por la que la acompañaba, sino por lo que me había dicho de Tony. Podría aprovecharse que hoy no habría nadie con ella para aparecer, si ese era el caso, Daniela no me lo perdonaría.

        —No hace falta, no te preocupes por eso —respondió de manera despreocupada, si supiera que había alguien tras ella no estaría tan tranquila.

        —No, iré —Le dije de manera contundente—. Por cierto, necesito preguntarle una cosa a Raina o Astrid ¿puedes decirle que venga alguna? —Karla asintió con la cabeza y aviso a Astrid quien estaba más cerca. La rubia se acercó a mi con una sonrisa en su rostro.

        —Vaya, vaya, no pensé que escucharía que me necesitaras. Tienes a tu novia ¿no? O ya no…

        —Déjate de tonterías, solo quiero preguntarte dónde está Nevin. —La tuve que detener antes de que dijese una tontería mayor. La rubia hizo un puchero bastante gracioso y después volvió a ponerse seria.

        —En fin, olvidaré esto —Movió la mano de un lado a otro como quien aleja un insecto—. Dijo que iría a hablar con el guardia de la entrada, debe estar con él aún —Fui a darme la vuelta con la silla después de agradecerle, pero las manos de Astrid me hicieron frenar. Observé a Astrid quien seguía seria, había abandonado la chispa de diversión que tenía hacía un momento—. Quería decirte que me alegro mucho que Katy y tu arreglarais las cosas, nunca quise meterme entre las dos, solo… bueno, no me hubiera importado si te hubiese conocido soltera. Lo que quiero decir es que lo siento por haber provocado tantos problemas —Sonreí ante la sinceridad en las palabras de la rubia. Nunca me imaginé que pudiese hablar de manera tan sensata—. Pero, en fin, si la dejas, podríamos apañarnos juntas. —Ya está, el momento serio pasó en un santiamén y volvía a sonreír sarcástica.

        —No hará falta. No pienso dejarla escapar —Mi novia llegó justo en ese momento por detrás de Astrid y dejó un beso en mis labios después de hablarle a la soldado—. Dejé las muletas en nuestra habitación, no tienes que ir a enfermería. —En verdad, nunca me plantearía dejar a Katy. Estos pequeños detalles que tenía conmigo, me enamoraban cada día más.

        —Muchas gracias —Dejé un pico en su boca—. ¿Nos vemos en la comida? —La ojiazul asintió con la cabeza y dejé otro beso más en sus labios, esta vez más largo—. Te echaré de menos. —Cuando fuimos a unir nuestros labios una vez más, Astrid tiró de Katy separándola de mí.

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