13. Entre cuatro paredes

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Él-o-ella invierte en la desgracia y emplea personas tristes. Y, en un mundo como este, tiene trabajadores de sobra.

Michael Omet.

Hay tres tipos de persona en un secuestro:

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Hay tres tipos de persona en un secuestro:

Los que mueren de miedo y únicamente pueden acurrucarse en un rincón suplicando misericordia; los que luchan con uñas y dientes para escapar; y los que tienen una mente lo suficientemente hábil como para intentar manipular a su secuestrador.

Andreu definitivamente es el tercer tipo de persona. Desde el primer momento en que fue apresado, arrastrado inconsciente por un pasillo e incluso cuando su boca probó el sabor de la sangre al momento en que sus labios se partieron ante un brutal golpe seco. Aún así, presto más atención al nerviosismo de su paciente convertido en agresor y no en las circunstancias extremas en que estaba siendo sometido.

Ahora, entre cuatro paredes, ya ha decidido como intentar su escape. 

—¿Cuánto tiempo crees que tarden en encontrarnos? —interpela Andreu con naturalidad. Como si en lugar de estar en el suelo, con su bata manchada de su propia sangre y su cabeza palpitando de dolor, se encontrará en una cafetería con suma comodidad.

Matías Sernit, el paciente acusado de ser el agresor de un agni y una bruja (y destinado a pasar al menos cincuenta años de cárcel por sus fechorías), se gira abruptamente para ver al doctor Andreu. Y replica con voz temblorosa:

—Jamás nos encontrarán.

—Eres un agni, tú mejor que nadie sabes lo fácil que somos de rastrear. El departamento de seguridad tiene sus propios agnis rastreadores, y sus brujos también.

—¡No nos encontrarán! —enerva Matías.

—¿Por qué estás tan seguro de eso? Estás perdido, entiéndelo de una vez —sentencia en tono burlesco el doctor —. Además, aunque pudieras esconderte de los rastreadores, aún tenemos a la señorita Omet. ¿Crees poder silenciar tu mente para que no te encuentre? Porque eso es imposible —argumenta muy convencido al respecto.

Matías se echa a reír de forma sínica. Él está más que seguro de su protección. Aunque toda esta situación la ha encerrado entre sus ideales incorregibles y su delgada línea entre la locura y la cordura. No tiene muchas esperanzas de poder escapar, pero piensa matar a uno de los aclamados doctores del famoso hospital para seres sobrenaturales como un digno premio. Un acto valeroso; según su punto de vista.

—¿Qué es tan divertido? —cuestiona Andreu mientras en su cabeza no deja de trazar un plan.

El doctor no puede luchar contra él. Andreu es un brujo habilidoso, pero sus talentos han sido delineados únicamente en áreas medicinales. Y su muy básica defensa no sería suficiente para enfrentar a un licántropo joven y especializado en batalla.

Lux: Hospital para monstruos ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora