Ante las atrocidades tenemos que tomar partido. El silencio estimula al verdugo.
Elie Wiesel
En cuánto Marcus ingresa al quirófano, con los guantes puestos y el barbijo adecuado, cae en cuenta que esta será la primera cirugía en que se convertirá de asistente a dirigir su primera operación. Y, con los ojos críticos de muchos que esperan su equivocación, no puede permitirse errores.
La doctora Maru lo espera para asistirlo y analizarlo. Ella está más que relajada, y confía en que Marcus es más que capaz de llevar adelante esta singular y extraña cesárea. Aunque, muy en el fondo, está muy emocionada de presenciar el nacimiento de un ser híbrido.
Los enfermeros asistentes de cirugía no están muy felices de tener que obedecer al frío defectuoso. Pero, jamás reprocharan nada al pálido médico que resultó ser el asistente favorito de la prestigiosa doctora Maru.
—Marcus —le susurra la doctora —, ¿todo bien?
Él asiente con la cabeza. Trata de concentrarse lo más posible.
—Bien —decreta la doctora en voz alta —. Realizaremos una cesárea debido a la vulnerabilidad de la paciente. Marcus, puedes iniciar.
Marcus eleva la vista hacia la zona de observación. Donde, a través de un cristal y con una mirada crítica, el doctor Andreu observa el procedimiento. De repente el doctor le sonríe ligeramente ofreciéndole tanto aprobación como confianza.
—Comenzando incisión —informa Marcus. Dicha incisión es realizada a través del abdomen justo por encima del área púbica.
La doctora Maru observa analizando cada movimiento. Mientras tanto, exige a los enfermeros informar en voz alta, cada dos minutos, los signos vitales de Sara; su precaución emana del hecho de que la joven es humana y eso vuelve a cualquier proceso delicado y meramente peligroso.
—Abriendo saco amniótico —comunica Marcus. Y a los pocos minutos anuncia —. Extrayendo al bebé.
—Con cuidado, Marcus, con mucho cuidado —aconseja Maru mientras se mantiene alerta en caso de cualquier complicación —. El bebé, al ser mitad frío, podría querer atacar a la paciente.
Marcus continúa su labor con la mayor delicadez posible. Observa, con una leve sorpresa, la cantidad de cabello que posee el bebé por nacer.
—¡Doctora! —advierte un enfermó señalando con la mirada a la paciente a quien se le está realizando la cesárea.
La doctora se gira y, asombrada, ve que Sara está consciente por primera desde su ingreso al hospital. Posee una expresión ausente y sus ojos se mantiene fijos hacia las luces del quirófano.
Maru se acerca a ella para verificar si realmente está consciente y simultáneamente le dice:
—Sara, ¿puedes escucharme?
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Lux: Hospital para monstruos ✔️
FantasyMarcus busca a la joven que fue su gran amor en su vida pasada. Axel busca amar y proteger a su prometida alma gemela. Nahomi puede representar a la mujer que ambos están buscando. *************************** ¿Qué harías si supieras que alguien cerc...