Los caminos de la lealtad son siempre rectos.
Charles Dickens
Omnisciente
Ha pasado una semana desde que la pequeña Nahomi decidió que Marcus es una persona importante para su vida e intensificó su perseverancia por querer acabar con la maldición que ensombrece sus futuros.
Hoy, un día común y corriente, un oráculo ha decidido ser imparcial con la realidad y jugará como uno de mis contrincantes a su manera sutil.
Retrocedamos unos minutos antes de que Michael Omet decidiera descaradamente tirar sus cartas en mi contra.
Marcus hacía su rutina de entrenamiento como cada mañana. Contemplarlo era como observar algún tipo de espectáculo, cada movimiento demostraba su habilidad y fortaleza obtenida de aquellos días en que había sido un silenc.
Steikmen era un buen maestro, aunque, cabe destacar, que el híbrido era un alumno cuyas habilidades únicamente debían ser pulidas y perfeccionadas de manera minuciosa, ya que este ya vestía el uniforme morado que únicamente se les daba a aquellos soldados de clase alta.
—Una vez más —ordenó Steikmen al adoptar una posición a la defensiva con su espada.
Marcus se inclinó y dió un salto de unos diez metros de altura. Posicionó su espada en dirección a su contrincante y en eso... la vio.
Nahomi sonreía desde las gradas que rodeaban el campo de entrenamiento. La joven oráculo había convencido a Erick Anderson de traerla a ver a su Marcus entrenar. Sus ojos verdes lo observaban con un asombro inocente y una emoción ferviente.
Marcus, cuyas mejillas habían intensificado su color, perdió toda concentración, equilibrio y manejo de sus sentidos por un segundo. Y cayó al suelo de manera sorpresiva tanto como para su maestro como para los que lo observaban.
—Tranqui —comentó Erick al ver que la rubia se preocupó —. Marcus es más duro que una roca. Está bien.
—¿Todo bien? —preguntó Steikmen al aparecer justo frente a Marcus quien en un segundo ya se había incorporado.
—Sí, señor.
—¿Qué pasó?
—Nada —negó el pelinegro cubriendo su rostro con una mano e intentando ocultar sus mejillas coloradas —. Estoy bien.
Steikmen, observador por naturaleza, se giró en dirección a las gradas notando la presencia de la oráculo y el brujo.
De inmediato recordó la timidez que suele poseer Marcus, y cómo por ello siempre ambos entrenan a solas. Naturalmente también recordó la debilidad que tiene su alumno por Nahomi y que ello provocó que se sienta temeroso y ligeramente avergonzado ante su presencia.
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Lux: Hospital para monstruos ✔️
FantasyMarcus busca a la joven que fue su gran amor en su vida pasada. Axel busca amar y proteger a su prometida alma gemela. Nahomi puede representar a la mujer que ambos están buscando. *************************** ¿Qué harías si supieras que alguien cerc...