Capítulo 10. El hermano

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El deleite de encontrarla podría confundirse fácilmente con el ingreso al paraíso.

Él-o-ella.


Él-o-ella

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Marcus y su familia se hallan en el jardín de la casa. Recuperándose del mal momento y poniéndose al día sobre los acontecimientos ocurridos en los últimos dos años. Mientras intentan, por el bien de su paz mental, ignorar de manera momentánea la visita de Él-o-ella y el hecho de que los Elite se retiraron sin dar explicación alguna. Dejando en claro, debido a sus actitudes, que regresarán para hacer sus preguntas.

Los líderes del pueblo, David; alfa de los agnis, y Damaris; líder del aquelarre de brujos dominante, se encuentran en la casa de Marcus junto a Steikmen Viomiel para deliberar sobre cómo proceder ante los sucesos. Amy Hernandes ha sido recluida en una habitación.

—¿Tengo... una nueva hermana? —Duda Marcus, sorprendido y a la vez dudoso sobre el asunto.

Si bien él siempre ha tenido en cuenta que sus padres podrían considerar la idea de transformar a ciertas personas en determinados momentos, no pensó que fuera un hecho a suceder en su ausencia.

—Sí —confirma Bell, madre de Marcus, con una sonrisa encantadora plasmada en su rostro —. Nos costó tener que dejarla; ella requiere muchos cuidados.

Marcus puede imaginarla, inestable, de ojos rojos cuál sangre fresca y una actitud que muta entre llorar a gritos por haber dejado de ser humana y la violencia incontenible de todo frío prosélito.

—Está al cuidado de tus hermanos, Marcus —comenta Kay y a su vez toma la mano de su esposa —. Pero, afortunadamente, la pequeña Bell es bastante tranquila.

—¿Bell? —vacila Marcus dejando en evidencia su confusión. Él sabe bien que a los fríos transformados muchas veces se les cambia el nombre para enterrar su pasado, pero, ¿ponerle el nombre de su madre? Le parece un hecho un poco fuera de lugar.

—Sí —confirma Kay y sonríe—. Ya que, desafortunadamente nació con mi palidez, quería que tuviese algo de tu madre a parte de sus cabellos negros. Así que, ¿por qué no? Nuestra pequeña bebé se llama Bell.

«Bebé». La palabra se repite en la mente de Marcus más de tres veces antes de que entre en razón sobre lo dicho por sus padres. Su nueva hermana no es un frío transformado y mucho menos una adulta, se trata de una bebé que no será únicamente su hermana del alma sino también biológica; hija de sangre de Kay y Bell. Una mestiza con equilibrio perfecto.

Marcus sonríe con franqueza y relaja su postura al manifestar:

—¡Vaya! En verdad me alegra saber que tendrán una segunda oportunidad.

Dichas palabras expresan auténtica felicidad, pero a su vez ocultan una antigua aflicción que por años lo ha perseguido. La idea de ser una decepción o una carga para sus padres en más de una ocasión le ha quitado el sueño. Y saber, justo en este instante, que ellos podrán volver a criar un retoño bonito de su relación tan admirable es simplemente un alivio para su conciencia.

Lux: Hospital para monstruos ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora