47. El baile de primavera (parte uno)

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Nada hace una habitación más vacía que querer que alguien se encuentre en ella.

Desconocido.

Marcus noto el cambio de inmediato en Nahomi cuando ella regresó de ver a su padre

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Marcus noto el cambio de inmediato en Nahomi cuando ella regresó de ver a su padre.

La joven intentó negarlo. Sonrió con su característica actitud positiva y le manifestó que no sucedía nada malo. Pero él sabía que algo andaba mal. Podía verlo en sus ojos, ese brillo vívido en su mirar había desaparecido momentáneamente.

Pero ha decidido no preguntar. Marcus cree que si Nahomi no se siente cómoda hablando al respecto se debe a algo en lo cual él no puede ayudar. Y tampoco está seguro de que su cercanía personal sea lo suficientemente fuerte como para que ella le comparta sus inquietudes más íntimas.

Después de todo, no son una pareja oficialmente. A ambos le fascina la compañía del otro y la conexión es innegable. Pero Nahomi no desea formalizar nada todavía. Intenta, por sobre todo, ir al ritmo de Marcus. El cual suele ser ligeramente más lento que el de los demás.

Aunque eso no evita que las amistades de ambos no hayan notado su complicidad y cercanía desde la revelación de aquella maldición que ensombrece sus existencias. Todos lo notan con facilidad y hasta perciben las muy presentes sonrisas de Marcus que exteriorizan su felicidad.

 Todos lo notan con facilidad y hasta perciben las muy presentes sonrisas de Marcus que exteriorizan su felicidad

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Alma número dos 


—Nahomi —dice Marcus al tocar la puerta de mi habitación —, ¿estás lista?

—Sí, ya casi.

Me encuentro frente al espejo terminando de trenzar mi cabello. A pesar de encontrarme a poco menos de una hora de ingresar a una fiesta, mi mente no deja de repetir la conversación tan complicada que tuve con los padres de Amy.

En un principio había planeado ponerlos al tanto de la protección que carga Amy Hernández consigo. Él-o-ella marca a sus seguidores con una capa que los vuelve imposibles de hallar para ciertos métodos; no pueden ser rastreados por los agnis; se vuelven asquerosos para los fríos y de esta manera estos no se les acercan. Y por último, no puedes tomarle fotografías, son casi... inexistentes.

Lux: Hospital para monstruos ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora