Capítulo 14. El castigo de Michael

79 22 50
                                    

No sangrarias por alguien que no amas.

Nahomi.



Nahomi

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Erick 


Estoy en el balcón, el frío es evidente y aun así prefiero mantenerme aquí por dos razones. Necesito pensar, y soy más que consciente de que no resultó agradable para todos los miembros de la familia de Amy. Es mejor darles algo de espacio.

Es extraño, son pocas las veces en que una sensación helada se apodera de mi pecho. Creí que dicho vacío desaparecería al encontrarme nuevamente con Marcus, pero no es así. Y, al mirar el cielo desde esta altura con el frío del exterior fusionándose con la heladez de mi interior, comprendo a quien estoy extrañando verdaderamente.

—Rubia, tú sabrías qué hacer ahora.

Me inclino sobre el barandal y dejó reposar mi cabeza sobre mi antebrazo. Es agobiante el momento exacto en el que aceptas que extrañas a alguien, pero no puedes hacer nada al respecto.

—Me estás dando demasiado crédito, Erick Anderson.

Una sensación escalofriante me hace enderezar mi cuerpo abruptamente. Mis ojos captan con demasiada rapidez algo que mi mente no puede procesar por varios segundos. Ahí está ella, tan risueña y pequeña como la última vez que la vi.

—¡Rubia!

—¡Erick! —Ella se abalanza sobre mí con su agarre tan firme y su alegría tan contangosia. Y, hasta que mis dedos no se topan por accidente con ese plumaje suave, no me percato de las llamativas y gigantescas alas angelicales en su espalda.

—¿De dónde saliste, rubia?

—Bueno, he aprendido algunos trucos ahora que soy una oráculo más avanzada.

—¡Vaya! ¿En verdad?

—No, subí por las escaleras de incendio y estabas tan ocupado extrañandome que no me escuchaste llegar.

—Sí, claro. No te extrañaba a ti, sino a tus soluciones para mis problemas —argumento devolviéndole la misma sonrisa repleta de sarcasmo.

—Bueno —murmura ella bajando el tono de su voz —honestamente no seré de tanta utilidad como querría, pero puedo ayudar a Amy en este momento.

La tomó por sus hombros y beso su frente fugazmente antes de decir con regocijo:

—Creeme, eso será más que suficiente.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Lux: Hospital para monstruos ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora