49. La caja y el monstruo

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Hay puñales en las sonrisas de los hombres; cuanto más cercanos son, más sangrientos. William Shakespeare.


Alma número dos

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Alma número dos


La lluvia ha dejado de caer. Y una brisa fuerte se lleva las nubes trayendo frío al ambiente primaveral. Afortunadamente Marcus me ha prestado su saco que resulta ser tanto cómodo como acogedor.

—¿Cómo sería tu hogar ideal? —preguntó muy curiosa al respecto y la vez me recuesto en el hombro de Marcus.

Él medita mi pregunta. Mira al cielo sobre nosotros y responde:

—Lejos de la ciudad.

—¿Cómo el lugar donde viven tus padres?

—Sí, supongo que sí.

—¿Te gustan las mascotas?

—¿Por qué el repentino interés sobre cómo sería mi felicidad doméstica? —indaga.

—Bueno —planteó sonriendo —, me gustaría saber si nuestras expectativas de vida se parecen. Así que, ¿podrías ser un poco más detallado con tu idea de "hogar ideal"?

—De acuerdo —acepta echando la cabeza ligeramente hacia atrás por un momento —. Viviría a las afueras de la ciudad; para no estar tan lejos del hospital y poder seguir... ejerciendo como médico. —Termina murmurando las últimas palabras. Le aflige el hecho de que probablemente no haya otro dia de trabajo como médico para él. 

—¿Algo más? —preguntó fingiendo que no he notado su cambio de humor. 

—Querría que mi casa fuese amplia, pero no demasiado. No tendría mascotas; porque los animales me tienen miedo. Y me gustaría poseer un gran jardín de rosas doradas.

—¿Por qué doradas?

—Porque me recuerdan a ti.

Sonrió ante su respuesta tan evidentemente planeada. Es admirable la forma en que Marcus ha avanzado en cuanto a su interacción social. Aunque también he notado que eso depende de con quién esté hablando.

—Tu turno —dice él —. ¿Cómo sería tu hogar ideal?

—¡Muy bien! —reveló emocionada de tan solo imaginarlo —Concuerdo contigo en lo de vivir a las afueras de la ciudad; menos ruidos y vecinos. Pero yo amo los animales, así que quiero tener un gato y un perro. También deseo un gran jardín de flores; pero de muchos colores.

»—Quiero una gran biblioteca y por supuesto una sala dedicada exclusivamente a mis experimentos y proyectos científicos; aún hay mucho que quiero saber. Y quizás, algún día...

Estos son exactamente los momentos en los cuales desearía ser menos expresiva cuando habló sobre algo que me gusta. No debí hacer mención sobre ese tema bajo ninguna circunstancia.

Lux: Hospital para monstruos ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora