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Temprano por la mañana

—Promete que te cuidarás mucho, ¿Si?—Con dulzura Dylan le habló a Mina tomando su delicado rostro entre sus dos manos.

Era hora de despedirse. Hora de que Mina regresara al penthouse y él de irse.

Media hora antes, Jiu les explicó a ambos que por ningún motivo debían verlos juntos, por lo que esa mañana debían despedirse y, comunicarse únicamente por teléfono y mensajes. En un principio el chico se negó rotundamente a separarse de Mina, a dejarla sola con ellas, pero fue la misma Mina quien le recordó que él estuvo de acuerdo en todas las condiciones del contrato, por lo que no debía oponerse. A Dylan no le quedó de otra mas que aceptar lo que Jiu dijo esa mañana en la habitación.

—Prometo que me cuidaré. Todo va a estar bien.—Le sonrió Mina para tranquilizarlo mientras acarició su áspera mejilla debió a los pequeños bigotes que ya se asomaban sobre su piel.

—Bien.—Contestó él acercándose hasta su rostro para así besarla con dulzura y ternura, transmitiéndole en un beso todo el amor que sentía por ella.

Por el otro lado estaba Mina.

Una chica que para ese momento besaba a su pareja sin ninguna emoción alguna y es que, sus labios añoraban otros, unos suaves, delicados, gruesos y femeninos. Labios que le pertenecían a su nuevo amor. Un amor no correspondido, según ella.

Vaya mal entendido que se cargaban las dos.

De pronto la puerta se abrió sin previo aviso. Era Chaeyoung.

La empresaria al ver la escena frente sus ojos sintió su alma desgarrarse con lentitud provocándole un dolor infernal en el pecho y garganta. Por segunda vez deseó tomar al hombre y golpearlo hasta el cansancio, pero... de nada serviría, no tenía sentido porque Mina no era suya para reclamarla entonces un vacío de instaló en su pecho, llenó su pobre corazón al saber que Mina nunca fue suya y tristemente nunca lo sería.

Que triste es enamorarse de quien no te quiere. Con quien jamás se podrá tener una oportunidad.

Por mas doloroso que fuera, debía arrancar a Mina de sus pensamientos y principalmente de su tonto corazón.

Dios...

¿Por qué tenía que enamorarse precisamente de ella cuando sabía perfectamente su situación amorosa?

¿Tan necesitada de afecto estaba que se dejó arrastrar por lo estupidos juegos de ella?

¿Por qué no se enamoró de una de las tantas mujeres que tenía a sus pies?

—E-Es hora.—Pronunció con la voz ahogada cerrando la puerta a su espalda al mismo tiempo que la pareja se separó.

—Te amo.—Pronunció Dylan acariciando las mejillas de su novia con ambos pulgares. No quería separar de ella, pero tenían que hacerlo.—Te veo en tres semanas.—Mina asintió incómoda ignorando completamente todo el dolor que su jefa estaba soportando en ese momento al verlos juntos, demostrándose amor.
Para rematar el momento triste y doloroso de la empresaria, Dylan de nuevo la besó sin importarle su presencia. ¿Acaso lo estaba haciendo a propósito?

Esta vez Mina apenas le correspondió sabiendo que alguien estaba observándolos. Podía sentir la mirada de Chaeyoung sobre ella.—Te amo.—Volvió a repetir el joven con una sonrisa antes de soltarla y finalmente dejar la habitación. En el pasillo fue escoltado por Siyeon hasta el aeropuerto, tal como Mina y Jiu acordaron y es que, por ningún motivo nadie debía enterarse de su identidad por lo que sería llevado directamente hacia el aeropuerto.

—Vamos.—Mina su pequeña maleta tomó sobre la camilla. Maleta que Jiu le llevó muy temprano donde tenía ropa, algunos productos de limpieza y belleza.

Proyecto "SON" (Michaeng) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora