Proyecto "SON" (Michaeng)

31

—Si me necesitas, solo búscame.—Mina asintió entonces Nayeon la atrajo a su cuerpo envolviéndola entre sus cálidos brazos para confortarla un poco de lo que sea que le
haya sucedido y justo, justo en ese momento Chaeyoung entró a su habitación, quedándose congelada en la puerta al ver la imagen en medio de su habitación. Mina abrazada de Nayeon.

—¿Terminaron o necesitan más tiempo?—Pronunció desde la puerta causando que Mina se despegue de Nayeon de golpe al oírla. Ahí en la puerta estaba parada la empresaria con la mandíbula apretada y los ojos rabiosos hacia la japonesa. Se supone que Mina tendría que estar allá abajo a su lado fingiendo ser su feliz prometida y no estar bien abrazada de la idol en su habitación. ¡Su habitación por Dios!

—Lo siento.—En voz baja Mina le dijo a Nayeon antes de dirigirse hacia la puerta pasado a un lado de Chaeyoung dejando a Nayeon y a Chaeyoung a solas.

—Nayeon,—Hasta ella caminó un tanto fastidiada—mira, no se que te traes con ella, pero no quiero rumores... ¿Entiendes?—

—Claro.—La mayor contestó tranquila.

—Bien.—Media vuelta se dio y salió para encontrarse con Mina que inhalaba y exhalaba en el pasillo en un intento por tranquilizarse. Era la segunda vez que las encontraba a solas y eso para nada le agradó.—Si yo te dejo sola, sola te quedas. ¿Entiendes?—Le dijo a la japonesa en cuanto la tuvo enfrente.—No quiero que la gente comience a hablar basura a mi alrededor.—Advirtió

—Lo siento.—Imaginó que se refería a que se puso a bailar con Nayeon después de que la dejara plantada en medio de todos. En otro momento se lo hubiese recordado, le hubiese dicho que se sintió estupida siendo abandonada por otra en medio de varias parejas y que Nayeon simplemente llegó a su rescate, pero no, ahora solo tenía una cosa en la cabeza. Dylan.

Mina sabía perfectamente que el chico era muy sensible y verlo irse con los ojitos tristes le partió el alma. Seguramente después de haberse ido, habría llorado solo, en su auto y Mina no pudo ir tras él. Que idiota.

Colgada de su brazo, Mina caminó junto a la empresaria por aquí y por allá siempre sonriente, fingiendo ser la feliz novia de Son Chaeyoung. Claro, ese era su trabajo y sin importar cómo se sentía por dentro, ella debía sonreír.

Chaeyoung desde el pasillo del segundo piso no había vuelto a dirigirle la palabra. Mina sabía que estaba furiosa con ella por su repentina desaparición de la fiesta y por lo de Nayeon en su habitación. Y en efecto, la empresaria le había sacado de quicio volver a la fiesta y no encontrarla por ningún lado después de haber dejado a Kim lip.

—Hey...—Nayeon volvió a aparecer después de un rato—Es hora de irme.—Informó a la empresaria después miró a Mina que tenía su brazo entrelazo con el de la coreana.—Tengo que volar a Seúl.—

—¿Traes seguridad?—Chaeyoung le preguntó. Ahora Mina sabía perfectamente quien era Im Nayeon. Una famosa Idol de Corea del sur. ¿Cómo es que no lo supo antes? Bueno, es que Mina no era fan del Kpop, sus gustos musicales apuntaban más a lo Americano y Europeo.

—Mis managers están afuera.—

—Cuando puedas, visítame o llámame.—Le dijo

—Lo haré.—La abrazó por unos segundos para así despedirse de ella.

—Adios Mina.—Sobre el dorso de su suave mano dejó un beso ante la mirada de su amiga.— Lamento la forma en que nos conocimos.—Ambas sonrieron cómplices. Al parecer a Nayeon poco le importó la advertencia de su amiga porque ahí estaba mirando a Mina con ojos de borrego enamorado.

—Igual.—La idol la soltó para luego perderse entre los invitados. Chaeyoung observó el perfil de Mina a su lado, hace unos minutos estaba con una mirada de funeral, perdida en sus pensamientos y ahora estaba sonriente con los ojos brillantes viendo por donde se fue Nayeon. ¿Acaso a Mina le gustaba Im Nayeon? Bueno, quien no podría gustar de esa mujer, era atractiva, extrovertida, con una voz inigualable y sobre todo con muy buenos
sentimientos, Chaeyoung lo sabía perfectamente ya que era una de sus mejores amiga.