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—Chaeyoung...—La voz agitada de la líder la nombrada escuchó por la línea.—Estamos sufriendo un ataque armado. Nos están disparando. Repito. Nos están disparando.—Informó y todo al rededor de la empresaria se detuvo.

¿Ataque armado?

¿Disparos?

Mina.

¡Mina!

El suelo bajó sus pies se movió y el pánico la envolvió hasta dejarla casi sin aliento allí en su silla. El bip pib en la línea señaló que la llamada de Jiu se cortó.

En ese momento lo único qué pasó por la cabeza de la empresaria fue Mina.

Mina.

Mina.

Mina.

Su nombre retumbó en su cabeza al igual que su corazón en su pecho.

Estaban disparándole al auto donde iba Mina y ella no estaba a su lado para protegerla.

Con el corazón en la garganta y la sangre helada corriendo por sus venas marcó de nuevo el número de Jiu, pero no hubo repuesta provocando que el pánico, angustia y desesperación se le dispararan por los cielos.

—M-Mina está sufriendo un a-atentado.—Logró articular por el teléfono mientras sus manos temblaban. No sabe como, pero ya se encontraba afuera del salón con el celular en el oído—Averigua dónde están...—Le dijo a Handong. El minuto qué pasó esperando la ubicación de la japonesa fue eterno y una tortura. Deseó poder transportarse en ese instante con Mina para protegerla de cualquier cosa que estuviese pasando allá.

Si algo le llegase a pasar, ella sería la única culpable. Se maldijo una y otra vez por haberla enviado en la camioneta que ella usaba. Los atacantes debieron pensar que era la empresaria quien estaba dentro.

Dios...

Tras un minuto de larga espera, Handong le dió la ubicación de sus compañeras, pero había otro problema. Chaeyoung no tenía algún auto para trasladarse hasta allá. Todas las chicas no estaban allí.

—¡Maldición!—Exclamó llevándose las manos a la cabeza.

—Chae, ¿qué pasó?—De pronto Somi apareció junto a ella. La chica la había visto salir del salón a toda prisa con el rostro pálido por lo que no dudó en seguirla.

—M-Mina, d-digo Sharon...—Su teléfono sonó en sus manos. Era Jiu de nuevo. Sin dudarlo respondió.—Maldita sea Jiu. ¿Que sucedió?—De un lado caminó angustiada.

—Dos autos nos interceptaron y dispararon por todos lados.—

—Mina. D-Dime que está bien, por favor, por favor—suplicó a punto de derramar lágrimas. La opresión en su pecho dolía.

—Está inconsciente.—Y el corazón de la empresaria se le paralizó en el pecho y la falta de aire comenzó de nuevo—La estamos llevando al hospital. Estará bien Chaeyoung.—La líder intentó tranquilizarla.

—¿Cu-Cual hospital?—

—Con Yoona.—Informó y Chaeyoung colgó.

—¿P-Puedes buscar a Soyeon?—Pidió a Somi—Necesito que me lleve al hospital con Yoona. Sharon tuvo un atentado.—

—Oh, Dios mío.—La rubia las manos se llevó sobre los labios.—Eso es terrible.—Quizá si Chaeyoung no estuviese tan afectada hubiese notado la hipocresía radiar en el rostro de su ex—Vamos, yo te llevo.—Se ofreció tomándola de la mano. Entonces Chaeyoung no lo dudó y con ella se dirigió hacia el hospital donde Mina era atendida.

Proyecto "SON" (Michaeng) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora