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Chaeyoung amaneció con un leve dolor de cabeza. Se maldijo el haber aceptado los 4 tragos de Whisky que le ofreció su amigo Kai. Lo suyo sin duda era el vino del bueno, claro.

A su lado en la cama, dormía profundamente Rosé. Recordó que anoche se había quedado en la habitación con ella. Un par de besos por aquí y por allá, nada más sucedió entre ambas. La empresaria se sentía bastante exhausta que no deseó hacer nada más con la australiana, aunque esta insistió por un rato. Rosé al darse cuenta que no obtendría nada más que besos de la empresaria ebria, se tumbó a su lado quedándose dormida.

6:47 marcó la hora en el teléfono de Chaeyoung cuando salió de la ducha.
Un traje color azul marino junto a una camisa blanca fue su elección de ese lunes por la mañana.

Dejando a Rosé profundamente dormida, se apresuró a dejar su amplia habitación para luego bajar por las relucientes escaleras que daban hacia la iluminada sala y cocina notando de inmediato que alguien estaba cocinando por lo que decidió asomarse.

—Buenos días...—Dijo después de un momento.

—Ay, Por Dios...—Un brincó pegó la japonesa al oír el saludo de la empresaria que se encontraba expectante detrás de la isla.

—Lo siento. No quise asustarte.—Mencionó observando con interés todos los ingredientes regados sobre la isla de mármol.

—Eh... Yo...—Comenzó Mina al caer en cuenta de donde estaba—J-Jiu, ella-ella dijo que estaba bien si podía usar tu c-cocina cuando lo necesitara.—Nerviosa habló apagando la estufa la su espalda. Había olvidado completamente que esa mañana ya no se encontraba sola en el penthouse. La dueña de casa estaba de vuelta.—Lamento no haberte pedido permiso directamente a ti.—Avergonzada dijo.

—Está bien. No pasa nada.—Contestó Chaeyoung levantando la mirada—Puedes usarlo cuando quieras. Yo solo vengo aquí los domingos.—Mina pudo respirar tranquila de nuevo.

—¿G-Gustas café?—Ofreció señalando la cafetera a su lado. Era lo menos que podía ofrecerle después de que la encontrara usando su cocina.—O algo...—

—Un café me vendría bien.—Una silla jaló para sentarse. A esa hora ya estaría en su auto pasado por su café en la cafetería a unas cuadras, pero no, ahí estaba recibiendo una taza de café de una nerviosa Mina.

—¿Puedo preguntarte algo?—Mina asintió extendiéndole tímidamente una canasta con unas galletas que recién había horneado y que pensaba compartirlos con Gahyeon luego—¿Por qué te pones nerviosa casi siempre?—Preguntó mordiendo una de las galletas redondas.

—No lo sé bien. Mmm Bueno, lo hago cuando conozco gente nueva o cuando las personas me parecen intimidantes.—Confesó

—¿Te parezco intimidante?—Levantó las cejas dejando de masticar.

—Si, un poco.—Admitió un poco avergonzada. Chae río mostrando sus hoyuelos en la mejilla.

—Mira, Sé que cuando nos conocimos parecí una bruja malhumorada, pero te aseguro que no soy así todo el tiempo, solo cuando tengo días difíciles.—Explicó algo que Olivia ya había mencionado mientras masticaba con gracia—Creo que si queremos hacer este trabajo bien durante el tiempo que resta tu contrato, es mejor que empecemos a sentirnos cómodas la una con la otra. ¿Que te parece si empezamos de nuevo?—Mina arrugó la frente sin entender exactamente—Son Chaeyoung—Su mano extendió a ella no sin antes limpiarlo con una servilleta—tu supuesta futura esposa.—Dijo acompañado de una risita—Vamos, hazlo tú también.—Instó a Mina a estrechar su mano.

—Sharon Myoui. Un placer.—Y ambas sonrieron cómplices antes de soltarse de ese apretón de manos que apenas duró un segundo.

—Mucho mejor, ¿No crees?—Mina asintió con la cabeza como ya era costumbre.—Me voy,—Se levantó tomando su maletín a su lado—Gracias por el café y esas galletas, ¿por cierto?—Se detuvo—¿Donde las compraste? Me gustaría que las chicas compren más.—

Proyecto "SON" (Michaeng) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora