Proyecto "SON" (Michaeng)

60

—Un carrusel será...—Y de nuevo retomaron su caminata entre la multitud en busca de un carrusel.—Allí...—Señaló la empresaria. Y Mina chilló de emoción cuando sus ojos se posaron en el enorme juego bastante iluminado gracias a la docena de focos que tenía encima.—Sua.—La coreana llamó a su guardaespaldas.—Consigue boletos para todos estos juego.—Le ordenó. Por lo feliz y emocionada que Mina estaba supuso que iba a querer subirse a más de un juego.

—Si señora.—

—¿Subirás conmigo verdad?—Mina le preguntó con los ojos chispeantes de emoción esperando ansiosa por subirse a uno de esos caballitos que giraban en círculos frente a ella.

—Por supuesto que si. No quiero que te caigas o algo así.—De solo pensar en que le pudiese suceder algo a esa mujer le daba escalofríos.

—Chaeyoung, no soy una niña de 5 años.—Los ojos rodó.

—No importa.—Dijo recibiendo los boletos de las manos de Sua.—Bien, aquí vamos...—Y con cuidado ayudó a Mina a montarse sobre unos de los caballo de color blanco con cabello dorado para luego hacerlo ella en otro que estaba al lado.

Pronto el enorme juego comenzó a girar y Mina chilló de emoción nuevamente. La chica estaba que explotaba de felicidad mientras reía, extendía uno de sus brazos al aire y su cabello volaba, y entonces Chaeyoung quiso quedarse prendida en su hermosa sonrisa para siempre, en sus ojos brillantes como dos estrellas. Definitivamente estaba perdida. Sabía muy bien que corría el riego de sufrir nuevamente como hace casi tres años atrás y eso de algún modo le aterraba, pero ya era demasiado tarde para intentar sacar a Mina de su vida, porque ya era adicta a ella. A sus ojos, su mirada, su voz, su dulce y tímida sonrisa, a todo lo que era ella. Tendría que perder la memoria o nacer de nuevo para que Mina no existiese para ella.

—¿Cual sigue?—La empresaria le preguntó un poco mareada y con ganas de vomitar después de bajar del carrusel. Tantas vueltas no le había caído tan bien.

—¿La rueda?—Mas vueltas, pero por seguir contemplando la hermosa sonrisa de Mina lo haría sin dudarlo.

—La rueda será...—Mina aplaudió dando un par de saltitos como una pequeña niña derritiendo el corazón de Chaeyoung. Y de nuevo tomadas de la mano fueron en busca de la famosa rueda giratoria.

—Allí está...—Señaló Mina arrastrándola de la mano entre la gente hasta llegar a su destino. Una gran fila de personas que ansiaban subirse las esperaba, pero a ninguna pareció importarle ya que se pusieron a hablar, bueno, Mina fue la que estuvo hablando acerca de cómo funcionaban todos los demás juegos mientras Chaeyoung la escuchaba gustosa sin soltar su mano. Estaba comenzado a amar escucharla hablar y verla sonreír. ¿Había algo mejor que eso? No. Definitivamente no había nada mejor que estar en su compañía.

Tras varios minutos finalmente fue su turno. Chaeyoung nuevamente fue la encargada de entregar los boletos.

—Bien, aquí vamos de nuevo...—Hondo respiró la empresaria. Mina fue la primera en subir seguida de la coreana.

—¿No te da miedo las alturas o si?—Mina preguntó al ver un poco de pánico cruzar su mirada.

—Eh... No... pe-pero, esto es dife... rente...—Mina rió por los gestos que hacía la chica al mirar a su alrededor. No le daba miedo la alturas, pero subirse a una rueda era otra cosa y más si era si primera vez.

—Será divertido.—Le dijo Mina. Obviamente para ella si sería así.

—Espero que si...—Estaba comenzado a sentirse ansiosa.

—Sujétense bien.—El hombre encargado de ponerle seguro a las sillas les dijo.

—Wow, wow, wow...—Chae tuvo que sujetarse con fuerza de la barra de seguridad al sentir los primeros movimientos de la rueda.—¡Ay, por Dios!—Exclamó cuando la rueda comenzó a girar hacia atrás provocando que su estómago se estrujara.—¡Rayos!—Los ojos apretó fuerte y en el cuello de Mina tuvo que buscar refugio cuando la rueda comenzó girar—Diablos...—Murmuró sobre la piel de Mina cuando los giros comenzaron a ser más rápidos.