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—Es este, ¿verdad?—Dijo posicionándose detras de ella pegando su pecho a su espalda y rodear su cintura con los dos brazos. ¿Que rayos le pasa a esta mujer? Pensó Mina al ver el reflejo sonriente de Chaeyoung en el vidrio frente a ella.

¿Acaso está mal de la cabeza o algo?

Primero es amable, luego la ignora y ahora está siendo cariñosa.

Mientras en el interior del local, la mandíbula de Yuri y otras mujeres quedaron colgando cuando cayeron en cuenta de quien era la mujer a quien Chaeyoung estaba abrazando en ese momento. Se rumoreaba que la gran Son Chaeyoung se casaría, pero pocos habían visto a Mina.

—¿Te gusta?—Preguntó posando el mentón sobre su hombro con las manos entrelazadas sobre su vientre. De verdad que Mina no entendía como es que Chaeyoung cambiaba de humor tan rápido todo el tiempo.

—E-Es hermoso.—Mina contestó posando tímidamente sus manos sobre los de la empresaria al notar que todo el mundo dentro se la tienda las observaban. Vaya que Chaeyoung llamaba la atención, pensó.

—Eso no fue lo que te pregunté.—La miró de lado y habló con dulzura que a Mina le dio miedo. Chaeyoung quiso decirle que no fue su intención ignorarla, parecer mal educada, pero no sabía exactamente cómo decírselo. Lo único que sabía era que se sintió rara, incómoda cuando la vio salir de esa manera de la suite. ¿Por qué? Ella no lo sabía y tampoco quería ponerse a pensar en eso.

—Si. Me gusta.—Contestó ella sin entender porque su jefa le estaba preguntado eso.

—Ok.—Dicho esto la soltó y tomó su mano para luego dirigirse hacia el interior de la tienda nuevamente.—Seohyun.—llamó a la diseñadora quien llegó hasta ellas en un par de segundos aún con la cara sorprendida.

—¿Puedes mostrarme ese vestido?—Senaló sosteniendo a Mina de la mano. La japonesa pudo observar e incluso escuchar los murmullos de las mujeres y hombres de la tienda. En Seúl ya era muy conocida como la novia de Son Chaeyoung, pero en Japón casi no.

—Por supuesto.—La mujer contestó sonriente antes de llamar a una de sus empleadas e indicarle que sacaran el vestido del mostrador.—Este es mi más reciente creación. Apenas lo coloqué hoy.—Orgullosa extendió el atuendo frente a las dos. Chaeyoung lo escaneó y se imaginó a Mina dentro de el.

—Ve y pruébatelo.—Le dijo a Mina en tanto Seohyeon observaba de mejor manera a Mina. Alta, delegada, buenas facciones, cabello perfecto. Bellísima, pensó.

—¿Como?—Mina la miró interrogante.

—Que te lo pruebes amor.—Le sonrió apretando levemente su mano para mandarle una señal.—Quiero ver como te queda.—La mujer se lo extendió a la japonesa que titubeante lo tomó—Vamos, hazlo.—Insistió, entonces Mina obedeció y a un cubículo se dirigió. Hace media hora, Chaeyoung la estaba ignorando completamente y ahora le hablaba con dulzura. ¿Que rayos pasaba con su jefa?

—¿No me digas que ella es tu prometida?—Seohyun le preguntó. Chae asintió y la mujer ambas manos se llevó a la boca sorprendida.—Es-es bellísima. Estoy segura que ese vestido le quedará como anillo en el dedo. Tu novia tiene un cuerpo perfecto.—

—Lo sé.—Contestó la empresaria recordando lo que vio la noche anterior en el baño. Por más que intentaba no recordar esa imagen, su mente no obedecía.

—Chaeyoung—Yuri se acercó a ella. La empresaria había olvidado que la dejó esperando—Debo irme.—Informó—Llámame si tú novia no te cumple como a ti te gusta...—susurró en su oído cuando la abrazó en modo de despedida. Chaeyoung simplemente sonrió al saber a que se refería esa sexy mujer que era unos años mayor que ella, pero eso no impidió que la empresaria se la llevara a la cama varías veces en sus vistas a Japón.

Proyecto "SON" (Michaeng) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora