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—Si, como tú digas, cu-cu...—Se burló Mina ganándose otra fuerte bofetada en la mejilla izquierda de parte de la secretaria que estaba endiablada en ese momento. Mina apretó los ojos ante el ardiente dolor que sintió sobre la piel ocasionado por la mano y anillos que portaba Soyeon.

—¡Chaeyoung es mía y ni tú ni nadie se interpondrá entre las dos porque hoy te mueres maldita zorra!—Concluyó Soyeon enrollando las dos manos en el cuello de Mina para luego comenzar a asfixiarla. La mujer estaba decidida a acabar con la vida de la japonesa ese día.

—¡Soyeon!—El forcejeo de Dami contra las sogas comenzó—¡Soyeon no!—Gritó desesperada mientras veía a su compañera de trabajo estrangular a su jefa sobre la cama—¡Soyeon! ¡Suéltala!—

—S-So-Soye...on...—Mina balbuceó y sacudió bajo la mujer comenzando a ponerse roja al igual que sus ojos—So-So...—Las palabras ya no salieron.

—¡Soyeon! ¡Soyeon suéltala!—Gritaban desesperadas las dos guardaespaldas, pero Soyeon no estaba escuchando, no estaba prestando atención a nadie más que a su retorcida mente que le decía que continuara, que apretara más fuerte su agarre en el cuello de Mina hasta acabar con ella.

—¡Maldita loca, suéltala! Suéltala, por favor—Suplicó Gahyun en medio de llantos mientras sacudía las esposas—No le hagas nada... por favor... ¡Déjala! Déjala...—

—Nunca debiste aparecer en la vida de Chaeyoung, Sharon.—Murmuró Soyeon mientras seguía cortando el aire hacia los pulmones de Mina. ¡Dios santo! El aire le estaba faltando, su corazón estaba por explotar, su cuerpo dolía. ¡Mina no podía respirar más! Sus pulmones imploraban por un poco de aire mientras transcurrían los angustiantes segundos. El rostro de Soyeon estaba muy cerca de su cara y la mirada sombría en sus ojos indicaba que su única intención en ese instante era matarla, acabar con ella. Mina no podía defenderse, lo único que pudo hacer en ese momento fue llorar de miedo, tristeza, desesperación, impotencia y dolor. Las imágenes de Chaeyoung, sus padres, y sus amigas pasaron por su mente provocando que más lágrimas corrieran en silencio a sus costados perdiéndose entre su cabello mientras veía el rostro endemoniado de la secretaria frente a ella.

¿Ese era el último rostro que vería en la vida?

—¡Soyeon!—

—¡Soyeon déjala!— Muy a lo lejos seguía escuchando los llantos y gritos desgarradores de sus dos guardaespaldas.

¿Ella también iban a morir?

—Muérete... muérete...—Murmuraba Soyeon.

"Lo siento amor" "Siento mucho no poder volver a ti" Fueron los pensamientos que atravesaron la mente de Mina cuando lentamente la luz del día y el rostro de Soyeon comenzó a desaparecer de sus ojos, dándole paso a la oscuridad.

¡Oh, no! Mina estaba a punto de perder la conciencia.

Sus papados estaban comenzado a cerraste cada vez más y sus latido a ser más lentos.

—¡Suéltala!—

—Muérete de una buena vez maldita...—Los dientes apretó Soyeon al igual que las manos alrededor del cuello de Mina que poco a poco estaba perdiendo la conciencia. Mina estaba muriendo en manos de una de las personas de confianza de Chaeyoung —Aquí se acaba Sharon y Chaeyoung...—

—¡De nada te servirá matarla porque Chaeyoung te odiará toda la vida!—Gahyeon exclamó con todas sus fuerzas —¿¡Sabes por que maldita loca!? ¡Porque tengo un rastreador activo ahora mismo!—Soltó congelando por unos segundos a la secretaria.

—¿Que dijiste?—Funcionó. ¡La distracción de Gahyun funcionó!

—¡Que cargo un rastreador y Chaeyoung sabe donde estamos! ¡Viene por ti desgraciada!—Mintió la chica ante una shokeada secretaria que se encontraba sobre Mina, pero que había dejado de estrangularla después de lo dicho por Gahyun.—Chaeyoung te matará con sus propias manos maldita perra...—

Proyecto "SON" (Michaeng) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora