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Ring, ring...

El sonido de un teléfono se escuchó desde la cocina.

—Mina, tú teléfono está sonado.—Una mujer de aproximadamente 40 años avisó desde la sala donde veía algún programa por la televisión.—Mina..—De nuevo habló ya que el teléfono seguía sonado—Esta niña...—Gruñó por lo bajo levantándose de su cómodo asiento para ir en busca del aparato ruidoso—Diga.—Respondió—Si. ¿De parte de quien?... Soy su madre... un momento, por favor.—Dijo antes de buscar a su única hija que andaba perdida en algún lado de la casa.—Mina—Su hombro tocó cuando la encontró jugando videojuegos en la
Computadora con un par de audífonos puestos.

—¿Que pasa Mamá?—

—Una tal Minji te habla.—Informó la señora mostrándole el teléfono y entonces Mina se tensó. Esa llamada que jamás esperó recibir significaba una sola cosa ¡HABÍA PASADO A LA FINAL!

Mina tragó con la mirada fija en el celular frente a ella.

¿Como era posible? Si ella demostró ser una completa aburrida, callada, tímida, mala para la moda, no tan hermosa y despampanante como las otras.

¿Que pasó?

Había pasado exactamente una semana desde la cena con las demás chicas. Esa esa noche se imaginó que iba a ser la última vez que vería a Minji y a su grupo, pero no, algo pasó que estaba recibiendo esa llamada que muchas desearon recibir.

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AL DÍA SIGUIENTE...

Vistiendo una falda corta que dejaba ver sus perfectas y largas piernas, sobre sus hombro un tipo de saco negro a la altura de la cintura, zapatos altos y cabello suelto llegó Mina ese día a un lujoso hotel donde había sido citada el día anterior.

"Venir muy bien vestida" fue lo que Minji dijo más de una vez durante la llamada el día anterior. Afortunadamente Momo y ella tenían la misma talla, así que no fue difícil que le prestase algo de ropa elegante.

—Señorita Myoui, bienvenida de nuevo.—Fue lo primero que Minji le dijo en cuanto la vio entrar por esa puerta de madera en una de las habitaciones del hotel.

—Gracias.—Como siempre Mina siendo amable.—Permiso.—

—Siéntese por favor.—Señaló un cómodo sofá color piel frente a ella donde la japonesa con elegancia tomó asiento siendo imitada por la otra mujer.—Como se lo informé ayer, usted es una de las 10 chicas afortunadas que ha pasado a esta última ronda.—Sonrío con ojos chispeantes—Su recompensa le será entregado en cuanto firme este contrato—Señaló el único documento sobre la pequeña mesa entre ella dos—ya sabe cómo es esto.—Mina asintió tomando el elegante lapicero color dorado sobre el documento ya conocido por Mina posteriormente firmarlo.

El día anterior después de la llamada de Minji, Mina llamó de inmediato a Sana contándole la gran e inesperada noticia. Cuando Sana le contó que no había recibió la llamada, Mina le dijo que no iría, que sin su mejor amiga no iría a ningún lado, pero Sana le insistió a que fuera sin importar qué al igual que lo hizo su novio y así fue como Mina con mucha mas confianza llegó esa tarde ante Minji y varias mujeres con trajes elegantes que en todo momento la observaban a lo lejos.

Siempre se preguntó que era lo que esas mujeres hacían acompañando a Minji.

—Listo.—Minji habló guardando el documento en una carpeta negra—Ahora iremos a donde las demás chicas están esperando.—con elegancia la mujer se levantó seguida por la japonesa que para ese momento se la comían los nervios.

Proyecto "SON" (Michaeng) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora