X ☾

808 130 87
                                    




—¿No te parece extraño?

Una estrella fugaz atravesó la habitación. La voz de San sonó susurrante cerca de su oído. Hongjoong dio un lento parpadeo y al volver a abrir los ojos dejó su mirada fija donde la había tenido durante los largos minutos que llevaban en esa posición. Tumbados boca arriba en la cama de San, sus cabezas una al lado de la otra pero sus cuerpos apuntando hacia direcciones opuestas. Los dos tenían los brazos elevados y los movían despacio para darle vida a las estrellas, pues se encontraban inmersos en una recreación planetaria. A un lado tenían al famoso Saturno con sus anillos, al otro al terroso gigante Júpiter.

Hongjoong movió sus delgados dedos e hizo girar los anillos del primero.

—¿El qué?

—Todo. La manada siempre va a fiestas pero nunca he escuchado que ellos den una. Ahora veo por qué. Lo que no entiendo es qué hacíamos tú y yo ahí.

San movió sus manos enguantadas y dispersó polvos de supernova. Hongjoong sonrió un poco. Antes él era el único que se abstraía en pensamientos sobre licántropos. Tal parecía que ahora había arrastrado a San al mismo agujero, salvo que no fue él precisamente quien había ejecutado el arrastre.

—Wooyoung me dijo que podía llevarte cuando pregunté —respondió el maguito.

En los ojos de San se reflejaban los cuerpos siderales, pero al escuchar ese nombre brillaron por otra razón.

—Sí. Pero, ¿no te parece extraño? Anoche sólo estaban los lobos y sus parejas, y luego nosotros.

Hongjoong se sonrojó mientras acercaba la luna hacia él.

—¿Qué estás tratando de decir?

—No, no. Nada. —San se aclaró la garganta—. Me refiero a que: ¿ningún amigo? ¿ningún familiar? ¿No tienen vecinos, parientes o compañeros de trabajo?

El astro madre giró frente a los ojos de Hongjoong. De repente parecía oscura porque la había alejado del sol, así que volvió a ajustarla en su lugar para que resplandeciera nuevamente.

—Estaba pensando en algo parecido. Escuchaste sobre sus jerarquías, ¿no? Sólo pueden subir de jerarquía con la ayuda del alfa líder —El anaranjado hizo una pausa pensativa antes de retomar—. Todos ellos eran omegas cuando entraron a la universidad, ¿eso quiere decir que nunca pertenecieron a una manada? En alguna parte leí que todos los licántropos ya nacen dentro de una. ¿Y Mingi? ¿Él ya era alfa cuando llegó? Pero antes tuvo que pasar por omega y por beta, lo que quiere decir que otro alfa debió asistirlo, ¿qué hay entonces de su antigua manada?

San se tomó largos segundos para pensarlo. Sus manos danzaron y alejó la proyección para tener una vista más general de la vía láctea.

—Wooyoung me dijo que antes vivió cerca del mar, pero no hay manadas de licántropos establecidas en el sur, ¿O sí?

—No que se sepa.

Los dos suspiraron y nuevamente un silencio contemplativo llenó el ambiente, aparte del universo embotellado en la habitación.

—Siempre creí que la norma de la manada en Yunara era un poco... extrema. Pero ahora tiene más sentido. Un lobo sin manada siempre será omega, y por tanto, un potencial peligro —pensó Hongjoong en voz alta.

—¿Sabes qué otra cosa es extraña? —El anaranjado se fijó en el perfil de su amigo esperando que continuara con su idea— ¿Por qué nos contaron todo eso? Pensé que eran reservados.

Don't Lose Your Grip on Love {Minjoong}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora