XVII ☾

794 129 165
                                    


La noche seguía despejada, pero con el final del verano acercándose, poco a poco el viento llenaba los cielos de Daena con nubes que traía del norte.

—Hey, Reese —saludó Mingi cuando se giró para ver a la chica.

Aunque Hongjoong se esforzó por encontrar un tono particular en la voz del alfa o algún brillo en sus ojos, no lo consiguió. Ligeramente aliviado por ello, puso su atención en Reese.

​​—Oh, disculpa. No sabía que tú... —Ella parecía confundida, calculando algo en su cabeza. Su pausa se sintió eterna y el mago se tensó con los ojos verdes de la chica reparando demasiado en él—. ¿Nos conocemos? —preguntó de repente.

El anaranjado parpadeó perplejo. Buscó y buscó en sus recuerdos para saber si conocía a esa chica de antes pero la única conclusión fue negativa.

—Perdona, pero me parece que no —respondió con su habitual cortesía.

Ella no se convenció. Al mago se le ocurrió pensar que Reese también lo había visto rapeando en aquel vergonzoso video y que de ahí lo conocía.

—Eres un mago, ¿cierto? No recuerdo tu nombre pero vi tu presentación final del semestre pasado, fuiste el favorito de los profesores. —Al ver la confusión en el rostro del anaranjado, ella explicó con una sonrisa apenada—: Mi padre trabaja en Yunara, siempre me hace acompañarlo a las presentaciones finales.

Hongjoong se sintió inquieto. Al mismo tiempo no percibió malicia en las palabras de la chica, así que no pudo consagrarla como su rival. Ella de hecho parecía simpática aunque le costara admitirlo.

—-Así que el favorito de los profesores... —interrumpió el alfa con diversión, mirándolo con esa sonrisa que lo derretía.

—Pero qué inusual. Quiero decir, ver a un mago en este lugar... ¿Ustedes son... amigos? —quiso saber la celestial con ligera incomodidad. Y ahí estaba el asunto. Quizá ella no era mala per se, pero cuando miraba a Mingi su interés era evidente, tanto como lo fue el motivo de su curiosidad.

—¿Qué querías, Reese? —interrogó Mingi con un tono tranquilo, sin sonar grosero en lo absoluto a pesar de que evadió la pregunta. Hongjoong tampoco intentó responder.

La castaña juntó las manos y desvió una mirada tensa hacia atrás, probablemente dirigida a la camioneta donde se encontraba el resto de la manada

—¿Podemos hablar? Sólo será un momento.

El alfa también dirigía un vistazo en la misma dirección. Definitivamente hacia su manada. Suspiró ligeramente y dio un suave apretón en la nuca del mago, donde mantuvo la mano hasta ese instante. El aludido entendió que fue su manera de pedirle que esperara, porque después de eso se levantó.

—Seguro.

Los dos se alejaron lo suficiente para hablar con más privacidad. Mientras tanto, Hongjoong se dejó manosear por la inquietud. Las inseguridades trataron de aflorar como ojo de poeta en campo abierto, llamativas y sin control. Hasta pensó en conjuros que le permitieran escuchar la conversación de alguna manera. Bien podría haber redirigido el sonido de sus voces hacia él sin ser esa la primera vez en su vida que usaba una jugarreta como esa. Pero claramente se contuvo. De hecho, ahora había algo acerca de Reese que lo preocupaba mucho más que el interés de la chica por seducir a su lobo. La celestial dijo que padre trabaja en Yunara, pero no especificó su puesto. Si sólo fuera docente habría sido sencillo decirlo, por lo que probablemente ostentaba un puesto en la parte directiva. Yunara estaba llena de casos especiales, como Mingi, como San... y como él mismo. ¿Existía la posibilidad de que el padre de Reese conociera ese tipo de información y que, por consiguiente, su hija también lo hiciera?

Don't Lose Your Grip on Love {Minjoong}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora