LVIII ✹

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Desde que Mingi llegó a las montañas de Daena por primera vez, toda la ciudad fue advertida de su presencia. En aquel entonces, cinco o seis años atrás, la ciudad estaba en constante crecimiento pero todavía no había dejado de ser ese pintoresco lugar en el que todos sus habitantes se conocen. El viejo Song nació, creció y murió en Daena. Aunque por un tiempo se alejó de su tierra natal para servir al Concejo de magos, nunca dejó de visitarla y al final regresó a ella para pasar sus últimos años. Así que era un miembro reconocido de la comunidad, y cuando decidió tomar la custodia de Mingi quiso hacer las cosas de la manera más limpia posible. No crió al chico en cautiverio ni lo escondió de todo el mundo, sino que le dio al pequeño lobo la libertad que merecía y a sus vecinos les entregó la promesa de que la criatura no sería nunca una amenaza para ningún habitante de Daena o alrededores. También le inculcó esa misma promesa a Mingi, y cuando el padre se marchó, el hijo la sostuvo. Aunque Mingi era temido en Yunara, y los rumores sobre él eran atroces, en el corazón de Daena nadie perdía el sueño pensando en él. Tan así era que de su majestuosa forma lobuna sólo existían historias y suposiciones porque eran poquísimos los que habían tenido la oportunidad de verla.

Hasta ese día.

Mingi rompió parte de la promesa y recorrió las calles de pavimento con sus cuatro patas, buscando aunque fuera un indicio de la existencia de Hongjoong. No causó destrozos, pero sí varios sustos. Nadie esperaba encontrarse con una criatura tan colosal en medio de la ciudad. Pero Mingi podía disculparse con los afectados más tarde. Podía hasta reparar sus coches de forma gratuita. En cambio, no podía pasar un segundo más sin buscar a Hongjoong. Aunque el mago llevara encima el hechizo que reprimía su olor, Mingi recorrió los caminos hacia todos los lugares en lo que Hongjoong podía estar, seguro de que cuando estuviera cerca de él lo sentiría. En esa forma lobuna era capaz de advertir mejor la huella de su presencia, como si tuviera un sexto sentido para percibir por qué lugares había pasado el mago. Así sintió los resquicios de Hongjoong en Yunara, en los dormitorios, en el edificio de San, en Kenza, en el mirador y en el bulevar, pero el mago no se encontraba presente en ninguno de esos lugares. También llegó hasta donde vivía el tal Dohang, pero no tuvo que llamar a la puerta para saber que Hongjoong tampoco estaba ahí.

No fue hasta medianoche que Mingi por fin encontró un verdadero rastro de Hongjoong. No era la huella de su presencia, sino un rastro físico.

Se le había ocurrido buscar por el bosque aledaño al vecindario de celestiales, donde, según Vasil, Hongjoong lo había abordado. No solo confirmó su presencia en ese lugar, sino que atrapó un hilo diminuto de su olor. La emoción lo abordó enseguida. Su inmenso corazón lobuno empezó a bailar con frenesí, y no mermó ni siquiera cuando encontró la tapita de cerveza con la marca de su colmillo abandonada entre las hojas del suelo. Si Hongjoong la había dejado atrás sólo tenía que darle nuevos recuerdos que atesorar.

Echó a correr como hipnotizado, cada vez más rápido y ansioso. El olor de Hongjoong. La presencia de Hongjoong. Su cabello albino. Su piel tersa. La cadencia de su respiración. Quería olerlo como lo había olido durante la superluna. Quería tenerlo. Pero, cuando llegó al final del camino, no se encontró con sus ojos pícaros por ningún lado. El rastro acababa en un punto del bosque, y después, nada. Ningún camino para seguir, ningún mago en la cercanía. Nadie. El alfa estaba solo en el bosque, no le quedó de otra más que olfatear con desespero los alrededores. La hojarasca del lugar olía exactamente como la que había percibido tantas veces en la suela de sus zapatos. Era el mismo matiz. Y cuando su nariz rozó con un tronco caído encontró el olor de la ropa de Hongjoong. Hongjoong no estaba presente en el lugar, pero esa debía ser la fracción de bosque que el mago tanto insistía en visitar. Había pasado mucho tiempo ahí.

Don't Lose Your Grip on Love {Minjoong}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora