XXVIII ☾

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Cuando llegaron a la cabaña Song, Hongjoong encontró la cena a medio hacer. Se ofreció como ayudante para terminarla, pero sus habilidades en la cocina eran nulas y para la tarea era más bien torpe, por lo que acabó siendo objeto de bromas porque a los lobos les pareció fascinante encontrar algo en lo que el mago apestaba.

Fue ahí, en chismes de cocina, que San le contó lo que había sucedido para que toda la manada fuera a buscarlo. Y lo sorprendente fue que no había pasado nada en absoluto. Mingi estaba como siempre bajo el parecer de San, eran los demás lobos los que actuaban extraños a su alrededor. Lo miraban constantemente y se movían con reserva, como intentando no incomodarlo. Lógicamente le preguntó a Wooyoung la razón de aquello y el lobito le aseguró que Mingi estaba intranquilo, alterado por alguna razón, y que eso no era normal. A San le costó creerlo porque sus ojos no advertían nada, pero de repente vio que el alfa se levantó del sofá y se dirigió a la puerta a la par que daba una orden muy simple: "arriba todos, vamos por Hongjoong".

Aunque la cena ya estaba puesta en el fuego, nadie objetó. Incluso se mostraron aliviados con la resolución. Pero cuando llegaron al lugar de San no encontraron al anaranjado. Fue cuando le envió ese mensaje de texto preguntando por su paradero.

Ahora, mientras ellos cocinaban, Mingi estaba tumbado en el sofá justo como lo estuvo antes, pero ya nadie se movía con recelo a su alrededor.

A Hongjoong le latía muy fuerte el corazón. Ahora él era el único intranquilo porque cada vez entendía menos. Y para empeorar las cosas, el extraño comportamiento de Mingi no se detuvo con su presencia, sino que escaló a nuevas formas.

—Descansen unas horas que hoy vamos a cazar —decretó el alfa después de la cena.

Ojos sorprendidos cayeron sobre el platinado. Hongjoong trató de quedarse callado porque no le correspondía hablar, pero cuando notó que Mingi no iba a dar explicaciones su boca se movió sola.

—¿La noche antes de la superluna? ¿Te parece prudente? —interrogó, ganándose la mirada azure.

—¿A ti no? —devolvió el alfa.

—Bueno, suena un poco apresurado. Considerando q...

—Era ironía, Hongjoong. No me cuentes tu vida. —El mago enarcó una ceja y cerró la boca. Mingi hizo un gesto desinteresado con la mano—. Mira, tengo mis motivos.

—¿Y cuáles son?

—Yo sabré.

Hubo un silencio. Hongjoong se dio cuenta de que Mingi estaba siendo un borde intencionalmente. Y, por primera vez, ese alfa lo estaba haciendo enfadar.

Los demás miraban de un lado a otro sin decir nada. Les parecía que estaban viendo al Mingi de un año atrás, ese Mingi a la defensiva e inasequible. Pero este era incluso peor, porque además era irracional.

—Está bien —cedió el anaranjado tranquilo y diplomático como siempre—. Les deseo suerte. Me cuentan a la vuelta. —Y se levantó con su plato directo al fregadero.

—Tú vienes.

—No lo creo. No hago nada sin un plan.

—Tú vienes —repitió el alfa levantándose de su silla, haciéndola rechinar. Siguió los pasos del mago que ya lavaba su plato—. No te puedes quedar.

—Vasil no vendrá por mí.

—Pero el oscuro puede aparecer.

—¿Entonces para qué arriesgarse?

Don't Lose Your Grip on Love {Minjoong}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora