XXVI ☾

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Lectores de mi  gran afecto, llegados a este punto tengo que admitir que las escenas sexuales pueden ser más detalladas de lo que la trama principal requiere, pero las conservo por mi propio disfrute, porque quizá ustedes las disfruten también, y porque la dinámica sexual que se dé entre el Minjoong cuenta una historia paralela pero correlacionada que quizá sea interesante. 

No obstante, pondré un aviso ⚠ para que tengan la libertad de saltarse todo lo que no alimente la trama principal.





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En la noche que cayó sobre ellos, la zozobra en sus corazones fue opacada por la compañía que se regalaron mutuamente.

Mingi se obstinó en la vigilia alegando que la noche guardaba demasiados peligros cómo para que él, como alfa, pegara ojo esa velada. Hongjoong quiso acompañarlo y hablaron sobre muchas cosas durante las madrugada, algunas más banales que otras. El mago habló sobre la primera vez que vio el mar en un viaje que hizo junto a San a las playas de Cristal, al sur del reino. También confesó que, haciendo una analogía con sus situaciones, San era su hogar, su manada. Por eso tenía tantas aventuras con él y Mingi escuchó sobre algunas atentamente, como la de aquella vez cuando la escuela a la que también fueron juntos decidió adquirir algunos lebrílopes vivos con cuestionables fines académicos, y el noble de San convenció a su mejor amigo de liberarlos a todos. Salieron impunes más no ilesos porque los saltarines animalitos también resultaron muy mordelones.

A cambio de las risas, Mingi aclaró uno de los tantos misterios a su alrededor: su ingreso a Yunara fue la última voluntad de su difunto padre, algo que no sorprendió a Hongjoong. Los magos, por muy diferentes que escogieran vivir sus vidas, llevaban lo académico en la sangre. Como sólo entró para complacerlo, Mingi nunca tuvo interés en ninguna especialidad. Él ya tenía un trabajo que le gustaba y no deseaba más. Han, como llamó a su jefe, le prometió que esperaría hasta el día en el que Mingi reuniera el dinero suficiente para comprarle el viejo taller a las afueras de Daena. Hasta entonces no aceptaría propuestas de ningún otro comprador. Y dado que Mingi no era bueno para la teoría, prefería aprender todo lo que necesitaba saber del mismo Han. Por eso lo que hacía el alfa cada semestre era escoger materias al azar que simplemente le parecían interesantes por alguna razón poco trascendental. Al final, cuando Mingi se graduara al completar el número de créditos que tenía cualquier especialidad, simplemente recibiría aquel aval que lo certificaba como "individuo apto para vivir en sociedad". Lo realmente sorprendente para el mago fue que Yunara permitiera todo eso. Su universidad debía estar llena de casos particulares pero permitir tal libertad académica era por lo menos curioso, lo que le hizo pensar en otra peculiaridad.

—¿Cómo es que iban a dejar que te quedaras sin una manada? ¿Qué les dijiste? —quiso saber en ese momento de la conversación.

—Nada. Cuando supe que esa era la regla me fui. Después le pedí perdón al viejo.

—¿Entonces? —insistió el mago en estupor al saber que Mingi prefirió dejar esa última voluntad sin cumplir que pertenecer a una manada. ¿Así de grande fue su aversión?

—Ellos vinieron. Me dijeron que harían una excepción si yo demostraba que podía dominar la superluna.

—¿Y les mostraste? —Mingi asintió.

Don't Lose Your Grip on Love {Minjoong}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora