Don't Lose Your Grip on Love {Minjoong}

XI ☾

Este capítulo es un humilde homenaje a Stigma de Reaven_UwU
Lo más lindo que he leído del MinJoong.
Gracias por la magia y la inspiración ✹

☾☾☾☾

Hongjiing
Mingi
¿Cuándo volverás a la biblioteca?
Podemos ir juntos
Si quieres

Alfa guapo ♥
Seguro
Mañana?

Hongjiing
¡Genial!
Mañana.

Desde aquel osado mensaje de Hongjoong, continuaron quedando para estudiar. Ambos se dedicaban a lo suyo pero se hacían compañía, hasta que a veces Mingi se frustraba con su temario y Hongjoong pausaba su labor para ayudarlo. Principalmente estudiaban, pero a veces descansaban y hablaban de otros temas, porque tal como ese viernes en una crepería del bulevar, la conversación fluía de una o de otra manera, sin que el mago sintiera que estaba forzando las cosas. La mayor parte del tiempo se veían en la biblioteca, pero comenzaron a encontrarse en otros lugares del campus para poder acompañar sus encuentros con alguna botana que amenizara las sesiones.

En una de aquellas oportunidades ocurrió algo maravilloso.

Era de mañana y hacía un clima encantador, por lo que escogieron la sombra de un gran olmo de Yunara para estar. El pasto fresco invitaba a soltar tensiones, así que el alfa decidió apartar el libro de repente y tumbarse con la cabeza apoyada sobre uno de sus brazos flexionados. La otra mano abandonada sobre su propio abdomen. Así cerró los ojos y no volvió a moverse. Hongjoong fue muy cauteloso para mirarlo. Aguardó largos segundos antes de atreverse a reparar su pacífico perfil. Las sombras de las ramas que se movían con la brisa fresca tapizaban las amplias mejillas del lobo. Sus labios marcaban ángulos perfectos. Su nariz inhalaba y exhalaba con tal cadencia que pronto el mago se convenció de que ese lobo plateado se había quedado profundamente dormido. Entonces apartó el portátil de sus piernas y se acercó con cuidado.

Mingi tenía una que otra peca en la cara, pequeñas manchas de sol. Sus pestañas eran largas, rectas y platinadas como su cabello. Hongjoong estaba seguro de que el alfa era bueno en aquello de mantenerse alerta 24/7 por cómo lo había visto atrapar pelotas que en un principio no iban dirigidas hacia él pero que "descuidadamente" eran mal lanzadas. Por eso encontró tan especial que se quedara dormido a su lado. ¿No era aquello sinónimo de confianza entre los animales? No decía que Mingi fuera un incivilizado o algo parecido, pero sí le gustaba pensar en ese lado primitivo que tenía, aquel que olfateaba y se frotaba contra los suyos como muestra de cariño.

Hongjoong suspiró apartando malos pensamientos.

Se acomodó a su lado de costado para seguir apreciándolo. Sin darse cuenta, se contagió del mismo sopor que atrapó al lobo y en algún momento sus párpados cayeron.

De pronto vislumbró un salón que fue familiar para él hace tiempo. Estaba a los pies de la escalera que se curvaba con gracia hacia la segunda planta. Justo sobre los escalones, un llamativo candelabro custodiaba la oscuridad. La pieza tenía incontables recovecos y sostenía más de 100 velas mágicas, pero en ese momento no hacía falta que ninguna estuviera encendida, porque las mismas escaleras estaban rodeadas por seis ventanales que recorrían casi la totalidad del muro hasta el segundo piso, acabando cada uno en arcos apuntados. Muy góticos. Y el candelabro pendía de una cúpula acristalada. De esa forma, durante el día la luz del sol iluminaba toda la instancia. Aun así, Hongjoong sentía una sensación gélida por todo su cuerpo. Siempre odió el frío de ese lugar, no soportaba que le calara por la piel y hasta los huesos. Tanto lo aborrecía que, como sus manos siempre parecían de hielo, evitaba rozarse a sí mismo por accidente. Tal vez si dejara fluir su aura con naturalidad sus manos volverían a tener la normal calidez que alguna vez tuvieron, pero esa no era una opción.