LXIII ✹

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La manada andaba en dos camionetas. San se subió a la que conducía Yunho, con Jongho a su lado. Detrás lo acompañaron Urika y Sora. La otra, con Seonghwa al volante, llevaba a Seongjin, Wooyoung, el rubio que San no conocía, e Isabella. Era esta última la que sostenía una llamada en altavoz con Sora para que todos pudiera escuchar el relato de San. Les contó su conversación con Azrael y sus posteriores planes con Hongjoong y sus motivos para desaparecer en tan confusas circunstancias. Cuando terminó se preparó para ver a la manada saltar como el propio Mingi lo había hecho, pero sólo presenció un intercambio de miradas tensas.

Jongho fue quien rompió el silencio:

—¿Qué viste en tu viaje?

—Eso... Es complicado. Dejémoslo para después —pidió fijándose en el retrovisor. Había notado que un motorizado los seguía desde que salieron de casa de Han.

—Es Vasil, no te preocupes —dijo Urika—. ¿Podemos recapitular? Azrael es enemigo de Hongjoong y amigo de tu... ¿La oscura? ¿Tu madre? Ay, perdón. ¿Cómo la llamo?

—La oscura. Es la oscura.

—Vale. Azrael está con la oscura, y la oscura está con Caeso. ¿Eso quiere decir que Azrael y Caeso están juntos en esto también? ¿Son todos del mismo bando? ¿Y qué es lo que quieren de nosotros?

San se pasó una mano por detrás de la cabeza.

—Aun me faltan partes —tuvo que admitir— ¿Yeosang no vino con ustedes?

Los lobos volvieron a mirarse entre ellos. Jongho habló sin apartar la vista de la carretera:

—Dijo que tenía algo que resolver.

San no hizo más preguntas al respecto.

Al otro lado del teléfono se oyó la voz de Seonghwa:

—¿Qué haremos si tenemos que enfrentarnos a ellos cuando estemos ahí? ¿Cómo vamos a defendernos?

—Tenemos a Vasil —recordó Urika.

San miró hacia atrás. En los muchos mensajes de texto que Hongjoong le mandó en su ausencia le había hablado sobre el asunto de Vasil. Le contó cómo se pasó noches ensayando hasta conseguir una especie de hechizo inverso a una maldición. La criatura alojada en el pecho de Vasil era un birrus y al mismo tiempo no lo era. En lugar de atacar, protegía a su objetivo. Y no tenía una sola dirección, sino varías. Hongjoong había usado cabellos de todos los miembros de la manada cuando lo creó. Por supuesto que una creación como esa necesitaba vida para existir, pero Hongjoong no había corrompido a ningún animal en el proceso. No sólo era incapaz de hacerle daño a un animalito indefenso, sino que un alma tan pequeña se habría diluído después de un sólo uso, como todos los birrus que habían atacado a la manada hasta ahora. Para crear algo resistente y duradero, Hongjoong había...

—¿San? —llamó Sora al ver que el mago se había distraído.

—¿Sabían que Hongjoong usó una pequeña porción de su propia alma para crear la maldición que puso en Vasil? Ni siquiera sé cómo pudo conseguir algo así. Sospecho que alguien debió ayudarlo. Pero, ¿ustedes entienden el problema? Es su alma la que está ahí. Es su voluntad. No sé si es de forma intencional o no, pero esa maldición toma la forma de un lobo solo por capricho de su creador. Hongjoong tenía tantas ganas de ser parte de ustedes...

El silencio abrumador sólo albergó los sonidos de ciudad que se colaban por las ventanas. En ninguna de las dos camionetas hubo un lobo que encontrara palabras para decir.

San volvió la vista hacia adelante y siguió hablando.

—También me dejó instrucciones para liberar a Kena. Hongjoong me mandó mensajes todo los días que no estuve para contarme lo que quiso. Sus teorías, sus conjeturas, todo está ahí. Me escribía a horas intempestivas. Muchos mensajes los mandó de madrugada, lo que hace que me pregunte, ¿estaba durmiendo bien? La verdad es que eso es lo de menos. Si tuvo tiempo de mandarme tantos mensajes, si reparó en contarme hasta todo lo que sabe sobre Yeosang y el mago que lo maldijo, ¿por qué no tuvo el detalle de dejar al menos una instrucción sobre cómo salvarlo a él? —San apretó los puños cargados de frustración—. Ya que iba a dejar instrucciones para todo el mundo, ¿por qué no me dejó dicho como ayudarlo a él? No me creo que no lo hubiera visto venir. Hongjoong sabía lo que estaba pasando mejor que nadie ¿Cómo pudo hacerme esto? Mierda. Si fuera al revés él ya habría descubierto cómo llegar a mí.

Don't Lose Your Grip on Love {Minjoong}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora