CAPITULO 5

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No importaba cuánto lo pensara, me hubieran encarcelado por que pensarían que me volví loca y en este punto no era posible que Eris fuera ahorcada hasta la muerte, por lo que para evitar las sospechas tenía que actuar como ella.

¿Qué es lo que diría Eris? ¿Cómo se comportaría?

Traté de pensar seriamente en ello, pero el príncipe no fue capaz de soportarlo, por lo que agarro la muñeca de Helena que trato de oponerse pero solo fue con palabras.

Si dejaba que esos dos se fueran así, no podría dormir a causa de la injusticia.

—Su majestad no ésta comprometido conmigo, sino con alguien de la familia Mizerian y yo no me caso con su alteza, sino con la familia Imperial. Se casará conmigo aunque no lo quiera.

Eris construyó su orgullo, al menos eso era lo que leí. Una niña ingenua que esperaba un final que ella misma eligió.

Ante mis palabras, el príncipe se detuvo y levantó la cabeza con un rostro lleno de burlas.

—¿La familia Imperial y no yo? Dice cosas graciosas ¿Hace tiempo no dijo que me amaba y deseabas casarse conmigo? ¿Esta es tu verdadera intención?

La verdadera Eris hizo muchas cosas.

Aun me dolía la mejilla, pero de repente sentí que comenzaba a quedarme sin energías ¿Eris en verdad amaba al príncipe? Al final del libro, Helena negó que Eris estuviera enamora, pero Helena no la conocía realmente.

Al menos era lo que pensaba yo, pero tampoco conocía a Eris. No la conocía, pero al menos si esos fueron realmente sus sentimientos, quería ser considerada con ellos.

—Te amaba. Ahora ya no —Le dije mirándolo de frente.

El príncipe estaba confundido, de alguna manera su rostro parecía verse mas joven. Bueno, todos los presentes eran más grandes que yo. Pensé que era yo con quien tenía que pelear, por lo que suspire antes de agregar.

—Mencioné a la familia Imperial porque este compromiso no es mi voluntad. El matrimonio fue concretado entre mi padre y su majestad. Si quiere romperlo, no se moleste conmigo, escuche a su majestad. También lo he mencionado, por lo que ya debió de haber llegado a oídos del Emperador.

El rostro del príncipe se endureció. Parece que le daba miedo su padre. Mientras negaba con la cabeza y regresaba me detuve en el carruaje.

El conductor estaba sorprendido cuando vio mi rostro, el hombre vaciló pero no preguntó sobre lo sucedido, en cambio me dijo algo que era algo aun más agotador.

—Sr. Kazar esta dentro.

Se fue uno y llego otro.

Sentía que lo mejor era morir atropellada por el carruaje.

El rostro de Jason que estaba tratando de saludarme, se endureció. Parecía obvio que fui golpeada por el príncipe.

—¿Qué es?

Jason se reclinó cómodamente sobre su espalda y golpeo un pie con las piernas cruzadas. El carruaje que en un principio me pareció espacioso ya que era grande, ahora se sentía estrecho.

—El Duque Kazar me mandó a preguntarle algo al Marques respecto a la ceremonia de juramente de caballeros y ya que era el único chico de los recados disponible que quedaba en casa y no quería que se agotaran los caballos cansados después de tantas aventuras.

—La posición de lord Kazar es alta, por lo que la familia Imperial le habría proporcionado un carruaje.

—¿Hay una dama hermosa en los carruajes imperiales?

Las extraordinarias aventuras de una dama suicida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora