CAPITULO 74

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NARRATIVA CENTRADA EN ALECTO (ALEC)

Cuando finalmente hizo contacto visual con Eris, Alecto se dio cuenta de que todo eso era una ilusión.

Lo que se reflejaba en sus ojos no era la emoción del alivio, sino la desesperación y el miedo. Gritaba como si estuviera frente a un monstruo aterrador que no debería de haber visto.

A pesar de que no le agradaba, nunca le dio miedo a Eris.

—¡Sal antes de que te mate!

Alecto se avergonzó, pero de inmediato se trató de convencer de que era una actuación. Los cálculos fríos de Alecto siempre estaban presentes cuando debía de tratar a Eris.

Ella se lastimó, la intención contenida en cada palabra o acción era evidente por sí misma.

Debe de hacer para asustarlo y armarse de valor.

Alecto desprecio sus gritos y los interpreto de esa manera, si fuera la "Eris" del pasado, es posible que no hubiera podido interpretarlo de la misma manera.

Sin embargo, cuando Alecto comenzó a caminar hacia ella para tomarla del brazo y que se calmara, ella comenzó a forcejear de inmediato para alejarse de él. Cuando Alecto estaba sujetando su delgado cuerpo ella colapsó.

Eris lo miraba con ojos temblosos y parecía que se quedaría sin aire en cualquier momento.

No, ella se puede morir ¿morir? ¿Esta niña se está muriendo?

Aleto se hacia todas esas preguntas sin comprender, ni siquiera podía pensar en el futuro.

—¿Por qué estás haciendo esto?...

—¡Medico! ¡Llamen al médico Imperial ahora mismo!

—¿Qué es le pasa a ella?...

A pesar de que el interrogador preguntó en voz alta, Alecto no fue capaz de salir de la conmoción, a duras penas pudo marcharse.

Alecto nunca se imagino que Eris se iría o que podría morir de una manera tan efímera.

¿Era eso una extensión de sus pesadillas?

***

Cuando se confirmó que el compromiso estaba cancelado, salió corriendo al palacio de la Emperatriz después de escuchar del asistente en jefe que Eris había entrado al palacio del Emperador después de mucho tiempo. Estaba convencido de que ya no seria capaz de ver su rostro a menos que fuera en ese momento.

Alecto fue educado como el príncipe heredero. Eso significaba que tan pronto como aprendió a caminar, tuvo que aprender a defenderse y tan pronto como pudo decir sus primeras palabras, tuvo que aprender la etiqueta Imperial, cada vez que hablaba con alguien siempre debía de pensar cuidadosamente la información que podría dar y la que podría recibir de los otros.

Usted...ha cambiado.

Fue una elección impulsiva el decir las siguientes palabras.

Me amas.

Ella lo amaba.

—¿Te amo?

Esa dura voz destacó.

Eris comenzó a reírse como una loca, después lo tomo del brazo y comenzó a contar una historia increíble.

La vana historia de una pequeña princesa que había soñado toda su vida con ser coronada princesa y que al final deseo desaparecer de ese mundo que no recompensaba ninguno de sus esfuerzos. Su deseo fue cumplido gracias a un dragón.

Las extraordinarias aventuras de una dama suicida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora