CAPITULO 6

672 59 0
                                    


En cuanto una criada vio mi rostro, parecía que estaba a punto de desmayarse. Al ver mi rostro, una criada me dio una bolsa con hielo. De alguna manera en la noche, cuando el hinchazón en mi mejilla disminuyó, cené junto con el Marques. Era incomodo, por lo que metí la comida rápidamente para terminar la cena mientras el marques me hablaba. Me pregunté qué haría si cuestionaba sobre lo sucedido en el palacio Imperial, por fortuna no lo hizo.

—¿Estas segura que no vas a aceptar el juramento de un caballero?

—Creo que los caballeros de la familia son suficientes.

—Si no tienes ninguna razón en particular por lo que no te gusta, ve a la ceremonia.

El marqués se detuvo por un momento y dijo con una voz vaga.

—Cada año, las familias pequeñas y los plebeyos se convierten en caballeros para buscar el éxito, pero a menudo no son elegidos debido a sus orígenes. Si se debe de elegir a uno de todos modos, es para fortalecer la unión entre las familias, eligiendo a un caballero de una familia poderosa.

—"¿Esto se para crear una conexión?"

Pensé que la sociedad moderna, la sociedad en un mundo de fantasía; son iguales en donde sea que viva la gente.

—Un caballero de noble cuna solo se preocupa por sí mismo y tiene una boca ligera, por lo que no puedes confiarle tus secretos. Hay muchos casos en los que el propietario esta sirviendo a un caballero a causa de la relación desorganizada, pero ese no es el deber del caballero.

El marqués, toco la punta de su cuchillo durante un rato y luego añadió con una mirada penetrante.

—Lo enviás a los lugares a los que tú no puede ir, que haga algo que tú no puedas hacer. Uno que no le dirá a nadie tus secretos...así que si encuentras una tontería deberías de traer a alguien que es capaz de morir por ti.

Eris era buena para desarrollar esos planes malvados, por lo que la original Eris podría necesitar de un caballero así, pero yo no. Sin embargo algo era extraño, parecía que el marqués me lo estaba diciendo a mi, no a Eris, sino a mí.

Eso es lo que parecía. No conocía a Eris, por lo que solo estaba haciendo una "imitación de una dama noble" y no de Eris. Sus hábitos, gustos y gestos menores debían de haber cambiado.

No había forma de que las personas que la estuvieron observando a ella durante toda su vida no pudieran reconocerlo.

La mano que sostenía el tenedor tembló.

¿Debería de disculparme? ¿Lamento haber robado el cuerpo de su hija? ¿Serviría de algo si pedía perdón? ¿Quiere echarme? ¿Me culparía?

Fue mas aterrador que cuando fui atrapada por Heebris, porque era una deuda en mi corazón. Sentirse culpable por robarle a su amada familia.

El marqués observó mi mano y suspiro.

Cerré mis ojos con fuerza al pensar que estaba equivocada, pero el tomó mi mano. Cuando lo mire con sorpresa, se alejo sin decir nada. Su franca consideración trajo lagrimas a mis ojos.

Extrañaba a mi padre.

¿Qué fue lo que me paso? ¿estaba muerta? ¿él estaba vivo? Si estaba desaparecida ¿mis padres me estarían buscando?

En mi cabeza se dibujo una imagen de mis padres que repartían folletos al buscar a su hija ¿mi hermano menor, que solía ser tan inmaduro puede consolar a nuestros padres en esos momentos? ¿puedo volver?

Fue aterrador.

Era escalofriante.

Deseaba ir a mi casa.

Las extraordinarias aventuras de una dama suicida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora