CAPITULO 88

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—Destruye mi cuerpo con tus manos para que no pueda regresar a la vida.

A mi petición, Anakin perdió las palabras por un tiempo y se frotó cara. Una y otra vez, parecía como si estuviera escogiendo las palabras. Anakin, que se aclaró la voz con un suspiro, me preguntó con ojos tristes.

—¿Me pide que corte su cuerpo con mis manos?

—Si.

–¿Eso es para evitar que revivas?

—...Si.

Sé que es una solicitud irrazonable. Normalmente la mayoría de los países lo hacen, pero el Imperio era sensible a la destrucción de cadáveres. Si el cuerpo está dañado, el dueño del alma va al infierno. Quizás por eso, si un criminal daña un cuerpo, es severamente castigado.

Aunque Anakin que no cree en Dios y aunque sea ateo, la cultura y las costumbres religiosas están profundamente enterradas en la conciencia de las personas sin saberlo.

Anakin, quien ya ha hecho mucho por mí, ni siquiera puedo obligarlo para que haga algo como eso. En el momento en que estaba por decirle que era suficiente, Anakin habló en voz baja.

—...si prendo fuego... ¿estaría bien?

—Sé que es una solicitud abrumadora. Está bien decir que no.

—No, lo haré. Yo quiero hacerlo... con mis propias manos... por favor deja que sea yo quien permita que te vayas.

Él siempre fue así.

Sin importar lo que le pidiera, el no mostró ningún signo de disgusto y toleró mis demandas sin decir quejarse.

Sin decir una palabra, su toque, su mirada, que él me entienda y acepte todo de mí... es extraño que lo haga solo porque es leal...

Sin embargo, si malinterpreto su lealtad, lo único pasará es que me duela y, aun así, de manera egoísta, al final tuve que preguntar. Esto solo fue posible porque este puede que sea el final.

Anakin ¿me amas?

Anakin se rio un poco y luego con una voz que tenia un poco de broma dijo.

—¿No lo sabía ya? Pensé que lo sabias.

—...

No soy lo suficientemente amable como para besar a alguien que no me gusta.

¿Cuándo inicio? No, la verdad es que no importaba en qué momento comenzó.

Siempre he estado firmemente convencida de que Anakin no es para mí, sino que era "el Caballero Negro de Eris". Entonces solía cuestionar todas las acciones que me mostraba. Como yo tenía la apariencia de Eris, la bondad que sentía era solo porque "usaba su apariencia" en esta novela.

Pero eso no fue cierto.

Él me quería a mí y no a "Eris".

Era demasiado tarde para darme cuenta y mis ojos se posaron en la verdad sospechosa. Fue la última vez que no quise que me viera llorando, pero ¿por qué siempre soy así?

Anakin me abrazó en silencio y esperó a que me calmara. Cuando dejé de llorar el pensamiento de no querer perderlo cruzó por mi mente.

Para ser precisos, extrañaba y odiaba el futuro que nunca vería. Solo tenía miedo de verlo y encontrarlo que estaba viviendo y avanzando en un lugar donde no estaba yo. Para él, es esta la apariencia que se quedaría en su mente por el resto de su vida y eso ¡lo odiaba! ¡en verdad que lo odiaba y me aterraba!

Las extraordinarias aventuras de una dama suicida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora