Las extraordinarias aventuras de una dama suicida.

CAPITULO 31

—Anakin, dile al chico de la posada que prepare el bote. Deseo ver el tan famoso lago.

—Muy bien... ¿hay algo más que necesite? ¿Debería de pedir que empaquen un poco de comida?

—Eso está bien, me gustaría algo ligero y no muy aceitoso.

De vuelta a la habitación me cambien de ropa y salí. El vestido de dos piezas de color amarillo era cómodo y me quedaba bien.

Lo mejor desde que llegué a la provincia de Randol fue que no había sirvientes que me aconsejaban sobre llevar el maquillaje o el uso de la ropa holgada. Eso se debía a lucir bien desde la perspectiva de los demás, pero me daba pereza usar maquillaje.

Simplemente me peiné y usé zapatos cómodos, sin tacones.

En la puerta de la entrada, el niño de la posada se dio la vuelta de repente y me puso una flor en la oreja. Que dulce. Le di al niño que podía hacer esas cosas tan lindas un poco del dinero de mi bolsillo.

Es un buen día porque que el viento era fresco. El bote estaba amarrado en una cabaña cerca del lago y como ese lago está bastante lejos de la posada en el centro de la ciudad, monté un carruaje para adentrarme al bosque.

El lago era tan profundo y hermoso en verdad casi pensé que estaba mirando el mar en lugar de un simple lago.

Después de llevar una canasta de comida al bote, Anakin se sentó y comenzó a remar, sin ninguna dificultad el bote comenzó a moverse hacia el centro del lago.

El paisaje en verdad era hermoso, pero como era de esperar, la comida siempre debe de ser lo primero, por lo que abrí la canasta con anticipación. Puede ver que contenía deliciosos sándwiches, leche embotelladla, mermelada, pastel e incluso frutas.

Pensé que la canasta se veía bastante pesada... el posadero debe de habernos querido mucho, de todos modos, siempre es mejor el poder tener algo de comida sobrante que no tener suficiente comida. Puse un sándwich de jamón en mi boca y otra en la boca de Anakin.

Me di cuenta cuando estaba desayunando esta mañana, que la posada tenía muy buena comida. Por lo general mientras las camas estuvieran limpias y el desayuno fuera delicioso, el alogamiento era el lugar perfecto para mí. Había estado debatiendo si era lo correcto o no, pero creía firmemente que era lo correcto. Era un hecho que necesitaba que el supiera de todos modos ya que Anakin sería la mejor persona para sacarme de este mundo.

Le revelé un hecho impactante a Anakin, quien se había vuelto algo más dócil al aceptar que le diera de comer algo delicioso.

—Eres un personaje de un libro que leí Anakin... también he leído sobre este mundo en ese mismo libro.

Los brazos que remaban se detuvieron de repente. Él parpadeo y me miró con una expresión desconcertada. No quería darle la oportunidad de hacerme preguntas por lo que continúe.

—Tuviste un papel secundario en la historia de "Eris", tú la amabas.

Cuando sumergí mi mano en el lago, el agua que era clara y fría se precipitó a mis dedos.

La superficie del lago, al principio reflejó a una mujer que era terriblemente extraña y al mismo tiempo tan hermosa que me observaba. Entonces la imagen fue sacudida por las ondas de mi mano. No, lo más aterrador era que ese rostro que se reflejaba ya no se sentía desconocido.

¿Qué pasa si vuelvo a Corea y al verme en el espejo veo la cara de esa extraña?

—Lo lamento... tomé el lugar de la mujer a la cual amarías.