La cara de Jason se puso roja tan pronto como vio mi expresión. Pensé que Heebris era el que tenía un lado oscuro, pero parece que Jason también tenía esa parte oscura.
¿Por qué es solo a mi alrededor que esos hombres muestras honestamente sus verdaderos colores? Una vez más, sentí simpatía por Helena.
Decidí no prestar más atención a Jason y miré alrededor de la tienda un poco más. Una piedra particularmente oscura se destacaba entre las demás piedras de color azul brillante.
—¡Ah! En ocasiones algunas piedras del lago no son de color azul, sino moradas, pero en comparación de las piedras azules, estas tienen un color turbio, son suaves y son fáciles de que se rayen.
Recordé lo que me dijo Heebris, que el color de mi alma era purpura, ni siquiera me gustaba el morado, pero de repente tomé esa piedra y la hice rodar en mi mano.
El color era turbio, la suavidad de la piedra no era agradable y no se vendía por que no tenía un bonito brillo... me recordaba a mí misma.
—Señor, haga un collar con esta piedra, con una forma similar a esta.
—¿En serio? Debe de ser incomodo...
—No importa, eso no es asunto suyo.
Cuando regrese a la posada, Anakin me estaba esperando en silencio, a pesar de que teníamos poco equipaje. Mientras acariciaba mi cabello, Jason habló sin previo aviso.
—¿viene conmigo?
—No. Es un largo viaje y si te miró a la cara podría vomitar.
—¡Lady Mizerian! Eres demasiado dura.
—¡oh! ¿Y lo que me dijiste no es malo? ¿me estoy confundiendo? ¿Eso es lo que se le debe de decir a la prometida de su amigo?
Jason se mordió los labios y se excusó en voz baja.
—Eso fue un desliz de mi lengua.
—No lo estoy diciendo. Si tienes miedo de que me escape, entonces puede seguirme ¿No es un experto en seguir a otros?
De todos modos, tenía algo que darla a Anakin, por lo que me di la vuelta, él estaba ahí, parado sin moverse y parpadeando suavemente.
—Anakin, potente de rodillas.
Mientras se arrodillaba de manera obediente, saque de mi bolsillo el collar que había comprado antes.
La gema de color morado colgaba en el centro. Fue una suerte que el cuello de Anakin fuera delgado, ya que la correa negra y corta le quedaba muy bien.
Anakin se movió de manera torpe, como si no estuviera familiarizado con un collar en forma de gargantilla, debe de sentirse frustrado, bueno, en realidad para las personas de aquí era como ponerle un collar a un perro.
Le pregunté mientras sostenía la mano que se aferraba a la gargantilla.
—¿Es incomodo?
—Sí.
—Me alegra que seas honesto, eso lo hace más conveniente.
Cada vez que se sienta incomodidad por su cuello, recordará que se lo di.
Las palabras que no me atrevía a decir. No sé porque mis ojos siguieron su rostro.
Sus ojos confundidos no entendieron, pero aun así me devolvían la mirada, haciendo que me alejara rápidamente.
Le acabo de indicar a Jason que también tengo un lado oscuro, por lo que mejor me quedo en silencio e impaciente ya que mis pies comenzaban a entumecerse, grite.
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Las extraordinarias aventuras de una dama suicida.
RomansaReencarne en el cuerpo de Eris Mizerian, la villana de una novela que enveneno a la protagonista, cuando su prometido el príncipe Heredero se casó con Helena, su amiga de infancia y doncella. Desde que me di cuenta de la situación. Solo tengo un o...