—Es simple. Porque odio a su alteza, estoy cansada de esto.
El rostro de Helena se contrajo cuando le respondí sin rodeos. Se levantó apretando sus pequeñas manos y me miró.
Sí, helena definitivamente se va a enojar ya que es humano.
Eris Mizerian ha estado atormentando a Helena por el príncipe heredero. Yo también estaría enojada.
Parecía que quería decir algo, pero su boca fuertemente cerrada no se abrió y se puso roja.
—¿Estas molestas? ¿Te enojaste?
—Como... en tal momento... solo por esa razón...
—Puedo cambiar de opinión. Tengo el derecho y el poder para hacerlo.
Ahora tomé un sorbo del té frío y miré a Helena con una sonrisa en mi rostro. No estaba segura, pero pensé que me vería arrogante.
También lo hice de manera intencional, creo que el deseo de Helena de convertirse en la princesa heredera en lugar de mí, me incentiva a actuar como la villana.
—Si te sientes agraviada, debes de aprender. Te ayudare a ganar fuerza elevando tu estatus.
Me levanté y empujé a Helena de vuelta al sofá, luego me puse detrás de ella, y la acomodé el cabello detrás de sus orejas.
Las dos nos reflejamos en el espejo opuesto. Puse mi mano en el hombro de una confundida Helena y le susurré al oído.
—Ten en cuenta que una vez que tengas el poder, puedes hacer las cosas a tu voluntad, ya sea que quieras vengarte de mí o renunciar a la situación.
Le di unas palmaditas en el hombro, mirándome en el espejo y luego me acerqué a ella para enseñarle a bailar de nuevo.
Incluso si soy mala, todavía tengo cosas que hacer ¿verdad?
—Si lo has entendido, reanudemos las clases. Ya no te voy a escuchar llorar.
*** ** ***
Enseñar a alguien era bastante agotador. Es porque yo misma no lo sabía bien y tenía que tener cuidado de no cometer un error mientras le enseñaba.
Estaba oscureciendo afuera de la ventana y estaba a punto de terminar con las clases de hoy cuando alguien llamo a la puerta.
—Lady Mizerian, su majestad le llama.
—De todos modos, estaba por terminar la clase. Lady Antlebloom a pesar de que la clase terminó, repase lo que aprendió hoy.
Dejando a Helena, seguí a la doncella, mientras caminaba por los espaciosos pasillos del palacio de la Emperatriz, llamó a la puerta más grande y hermosa.
—Su Majestad, como lo ha ordenado he traído a Lady Mizerian. La hija mayor del marqués Mizerian y la prometida del príncipe heredero.
—Adelante.
La Emperatriz volvió a tener un rostro brillante pero lloroso el día de hoy. Ella es noble y elegante, pero me ha dejado todo el trabajo duro y problemático. Doble mi corazón retorcido y sonreí. Imagina que tenía un jefe. Se paciente, paciencia.
—¿Qué le enseñaste?
—Le enseñe lo básico, etiqueta de la cena. Como tener una conversación de acuerdo a los bailes y las melodías para el baile. También sobre como elegir la ropa y los accesorios.
—Está muy lejos de convertirse en la princesa heredera, pero ha logrado enseñar las cosas más básicas.
La Emperatriz miró a la doncella a su lado para comenzar a servir el té. No quería beber mucho porque me cansé de tanto tomarlo mientras le enseñaba a Helena y cuando me negué la Emperatriz envió a la doncella y dijo:
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Las extraordinarias aventuras de una dama suicida.
RomanceReencarne en el cuerpo de Eris Mizerian, la villana de una novela que enveneno a la protagonista, cuando su prometido el príncipe Heredero se casó con Helena, su amiga de infancia y doncella. Desde que me di cuenta de la situación. Solo tengo un o...