CAPITULO 78

129 20 0
                                    


—Anakin ¿tienes algo que quieras hacer además de ser un mercenario?

Si no tuvieras ningún remordimiento en este mundo ¿podrías seguirme? El viento levantó mis cabellos.

No, dejemos de pensar en eso. Decidí que me quedaría aquí. Mientras me mordía los labios, Anakin que estaba mirando la bebida frente a él levanto la mirada.

—No lo se. No creo tener otras opciones, pero incluso si la tuviera no creo que haya cambiado algo. —Anakin tomó un sorbo de la bebida.

—Ni siquiera tenía le necesidad de tener un nombre como la de todos, incluso pude dejar que Kynthia me pusiera uno.

¿No sentía la necesidad?

De alguna manera Anakin se parecía mucho a la madre de Eris a Quies Mizerian, que no deseaba nada y nada le interesaba.

Quizás es por esa razón que estas dos personas se pudieran acercar tanto en esta historia. Estaba escrito que Eris se sentía sola por la ausencia de su madre.

¿Están tan en blanco los papeles secundarios que no sean los de Eris? Si fuera los actores secundarios de con Helena ¿el escritor habría establecido mas detalles de lo que tienen ahora?

Mientras apretaba mi boca con pensamientos de eso y aquello, Anakin inmediatamente dejo el vaso y sonrió un poco.

Sus ojos claros me miraron directamente.

Deseaba besar esa comisura de sus labios que estaba ligeramente elevada, ¿incluso si no estamos en el salón de baile me aceptaría?

—...creo que fue buena ide que no me dieran un nombre. Me gusta el nombre que me dio mi maestra.

Si no nos hubiéramos conocido aquí, al igual que mis otros amantes cuando estaba en Corean, si me viera en la escuela o con los demás siendo una persona normal y corriente, si nos hubiéramos conocido antes ¿nos habríamos enamorado?

La respuesta salió mas fácil de lo que pensaba. Seguía usando el collar que le di.

No importa cuanto en la vida haya sido una serie de arrepentimientos, todos vivíamos con la agonía de suponer las casas que son o no son, pero parece que se ha vuelto mas severo en mi caso después de que entre en la novela.

¿Era posible regresar a la posada después de estar en la tienda? ¿Qué es lo que habría cambiado si no hubiera pedido un deseo mientras caminaba en la noche por esas bonitas tiendas?

No, si lo pensaba ahora, el maldito factor que hizo que se llevara a cabo la acción no fui yo.

De lo contrario, no sabía que escucharía las noticias de Helena en una floristería en donde me detuve para bromear un poco con Anakin.

No, no. Todo esto no eran mas que excusas. De hecho, la verdad es que si deseaba regresar.

Una vez que salió el sol y las puertas de la frontera se abrieran, termine por cambiar de opinión en el mismo lugar donde solo hacia falta que diera un paso para cruzar la línea.

No pude evitarlo.

No me podía engarmarme a mí misma.

Me enseñaron a que debía de esforzarme porque no había nadie que me pudiera reemplazar, incluso cuando de mi propia boca salieron las palabras de que no necesitaba tener sentimientos, la verdad es que me sentí un poco complacida porque ella estaba en una buena posición.

Era una posición llamada "Princesa Heredera" que tarde o temprano se convertiría en la Emperatriz.

El casarse con un amigo de la infancia, con un apuesto príncipe salido de un cuento de hadas no fue una oportunidad tan mala en esa vida de doncella que llevaba.

Las extraordinarias aventuras de una dama suicida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora