—Su majestad lo está llamando.
Tan pronto como Helena y Alec llegaron al Palacio Imperial, el mayordomo principal inclino la cabeza para decirle al príncipe heredero.
Como si supiera la razón, Alec chasqueo la lengua una vez y siguió al sirviente principal en silencio. Helena miró a Alec preocupada sin olvidarse de tranquilizarlo con un gesto de sus manos.
La puerta se abrió con el anuncio del sirviente de que Alec estaba entrando. Un Kratos de cabello plateado estaba parado cerca de la ventana, dándole la espalda a Alec y preguntó en voz baja.
—Escuche que llevaste a la hija de tu niñera al baile ¿Estás loco?
De hecho, lo último fue más un grito que una pregunta. Kratos negó con la cabeza y le dijo a Alec que debía de atrapar a Eris Mizerian.
—Sea lo que sea que debas de hacer, pide un deseo y átala a tu lado.
Alec le respondió de manera fría a Kratos quien estaba enojado, pero nunca miro hacia atrás.
—Escuché que fue mi madre quien permitió que se anulara el compromiso con Lady Mizerian.
—... ¿Melpómene?
—Sí, ella insistió en hacerlo primero ¿Sabe lo preocupante que fue todo lo que estaba haciendo? Sin embargo, el Marques y usted Emperador lo encubren, pero a medida que pasa el tiempo la arrogancia de ella va empeorando.
Alec suspiro de manera ruidosa como si le doliera la cabeza, hablando como si estuviera criticando a Kratos.
Su voz, al principio era tranquila pero cada vez se hizo más y más fuerte y al final en verdad se enojó con Kratos.
—El marques Mizerian es inteligente, me dijiste que debería de tener cuidado ¡Pero entonces porque lo mantienes cerca de ti! E incluso ahora, que el marques y ella son iguales ¿Qué pasara si ella se casa conmigo?
Kratos finalmente miró a Alec.
Tenía un rostro más joven que sus compañeros por lo que era difícil que alguien pudiera adivinar su edad y más a causa del cansancio acumulado alrededor de sus ojos y su cabello blanco.
De repente, Kratos suavizo su voz y calmó a Alec.
—¿Crees que no entiendo a tu corazón? Nunca debes de confiar en el marqués, pero es bueno que lo mantengas a tu lado y lo mismo ocurre con esa niña.
Kratos tenía una voz amigable, pero sus ojos eran indiferentes. Trato a Alec como si estuviera tratando a un sirviente, sin mirar a su hijo. Es por eso que Alec nunca había mirado directamente a Kratos, no, estaba más cerca de no poder hacer, porque siempre le tuvo miedo.
—Eris Mizerian es una rehén. Su padre tendrá que ser un escudo y fiel sirviente.
Kratos era un hombre hábil para poder sostener y sacudir los corazones de las otras personas mejor que nadie. Ató a su amada mujer a su lado con ese talento, dejó caer el vasto Imperio a sus enemigos y se apoderó de aquellos que intentaron derribarlo.
—Tu madre nació y fue criada para convertirse en la Emperatriz, por lo que pudo soportarlo, pero ¿Crees que Helena Antlebloom pueda hacerlo? ¿una niña frágil es capaz de resistir el aterrador palacio Imperial donde ni siquiera tu madre fue capaz de resistir al final?
No fue tan difícil para Kratos hacer que actuara con forme a su voluntad.
Sobre todo Alec, que siempre se asustaba cuando se paraba en frente de él. Kratos palmeo el hombro de su hijo.
ESTÁS LEYENDO
Las extraordinarias aventuras de una dama suicida.
RomanceReencarne en el cuerpo de Eris Mizerian, la villana de una novela que enveneno a la protagonista, cuando su prometido el príncipe Heredero se casó con Helena, su amiga de infancia y doncella. Desde que me di cuenta de la situación. Solo tengo un o...